Wellness

Ere Pérez, la emprendedora mexicana que lleva el clean beauty más allá de la tendencia y hacia el autocuidado real

Ere Pérez lleva el clean beauty más allá de la moda con conciencia, ética y cuidado real de la piel

Ere Pérez
Ere Pérez Ere Pérez demuestra por qué el clean beauty es más que una tendencia (Ere Pérez)

Durante años, el cuidado de la piel se entendió como un gesto superficial, casi decorativo. Hoy, esa narrativa empieza a romperse. En un momento donde el bienestar se piensa de forma integral, el skin care se ha convertido en una conversación sobre salud, conciencia y responsabilidad con nuestro cuerpo. No se trata de promesas milagro, sino de entender qué ponemos sobre nuestra piel y por qué importa.

Esa visión impulsa a Ere Pérez, emprendedora mexicana-australiana que fundó en 2002 una de las marcas pioneras del clean beauty a nivel global. Desde el inicio, concibió la belleza como una conexión con uno mismo y la naturaleza. Hoy, su marca está presente en más de 44 países y es referente de innovación, sostenibilidad y ética.

Menos pasos, más conciencia

Ere Pérez
Ere Pérez Cuidar la piel ya no es solo estética, es un acto de conciencia (Ere Pérez)

Dentro de esta conversación sobre cuidado consciente, el agua micelar en tabletas aparece como un ejemplo de cómo la innovación puede dialogar con la simplicidad. Al activarse con agua, se convierte en un limpiador que cumple funciones básicas (retirar maquillaje y limpiar la piel) sin recurrir a fórmulas agresivas.

Para Beylú Támez, experta del equipo de Ere Pérez, su relevancia no está únicamente en el formato, sino en la intención detrás del producto. “Es un producto único porque une maquillaje y skin care con ingredientes que reconocemos en lo cotidiano, como extractos botánicos, pero también con una mirada sustentable. Se trata de encontrar soluciones que beneficien tanto al planeta como al ser humano”, explicó en entrevista con Nueva Mujer.


Támez señaló que estas propuestas reflejan un cambio en los hábitos de cuidado personal, donde la prevención ocupa un papel central. Hoy se habla de cuidar la piel antes de que surjan problemas, entendiendo el autocuidado como un proceso constante. En ese contexto, el exceso de tendencias en redes ha llevado a personas cada vez más jóvenes a usar productos que su piel no necesita.

“La piel es el órgano más grande del cuerpo y el que menos cuidamos. Todo lo nutrimos hacia adentro, pero no pensamos que lo que aplicamos afuera se absorbe y llega a nuestro torrente sanguíneo”

—  Beylú Támez

Por eso insiste en leer etiquetas, crear hábitos conscientes y evitar químicos invasivos, especialmente en pieles jóvenes. “Cuidar la piel no es moda, es salud”.

Emprender desde lo diferente

Ere Pérez
Ere Pérez Ere Pérez y el clean beauty como filosofía de vida (Ere Pérez)

La historia de Ere Pérez no nació con un plan de negocios ni con la intención de crear una marca global, sino desde una necesidad personal: trabajar, generar ingresos y crear algo propio en un momento en el que hablar de fórmulas limpias y consumo consciente todavía no era común. “Cuando empecé no pensé ‘voy a crear una marca’. Yo quería trabajar, tener un ingreso y empezar con un producto. En ese momento nadie entendía por qué quitar parabenos o aceites minerales; éramos ‘las raras’, las hippies”, señaló la empresaria en la entrevista.

Con el tiempo, ese impulso inicial se transformó en un proyecto que hoy conecta con una generación más informada, pero que en su origen fue, simplemente, una respuesta honesta a una necesidad real.

“Hoy el negocio con propósito ya no es un extra: es lo básico. No puede no existir. Antes no se entendía, ahora es el punto de partida”.

—  Ere Pérez
Ere Pérez
Ere Pérez Ere Pérez y el clean beauty como un cambio real de autocuidado (Ere Pérez)

Para Ere, el impacto de su marca va más allá del producto. Se trata de demostrar que es posible construir un negocio global con propósito. “Tienes que generar tu propia tendencia, no seguir la de todos. Pensar diferente implica incomodar, fallar y levantarte”, reflexionó.

Ere entiende el fracaso como parte esencial del camino. “Las caídas son escuelas gratis. Te caes, te levantas y ya sabes por dónde no ir. Eso es básico como seres humanos”. Para ella, el verdadero éxito no se mide solo en números, sino en impacto: “Me hace feliz dar empleo, ver crecer a la gente a mi alrededor, saber que una idea puede mejorar la vida de otros. Hoy lo básico sigue siendo lo más poderoso. A veces queremos hablar de cosas muy complejas cuando la gente todavía está aprendiendo lo esencial”.

Al final, su mensaje es profundamente humano: cuidar lo que somos por dentro y por fuera, levantar a quienes caminan con nosotros y recordar que, incluso en la belleza, la conciencia es el gesto más poderoso.

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