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Jefes tóxicos: el liderazgo normalizado que apaga talentos y pone en riesgo la salud emocional

Así es el impacto silencioso de jefes que no escuchan y terminan desgastando la motivación

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Trabajo El exceso de control destruye la motivación y limita la confianza de los empleados (Freepik)

La cultura laboral tóxica sigue estando peligrosamente normalizada. Durante años se nos hizo creer que tener un jefe hostil, controlador o indiferente era “parte del trabajo”, una prueba de carácter o incluso un peaje necesario para crecer profesionalmente. Sin embargo, lejos de impulsar el talento, este tipo de liderazgo entorpece procesos, siembra dudas constantes sobre las capacidades individuales y frena el desarrollo.

“Existen factores ampliamente reconocidos que construyen un ambiente laboral tóxico, como la falta de reconocimiento, la mala comunicación, el liderazgo autoritario o ausente y las expectativas incumplidas. A esto se suma, cada vez con más peso, la pérdida de sentido en el trabajo, que no es apatía, sino una desconexión profunda con la labor, la empresa o los líderes. Las relaciones deterioradas, la falta de autonomía y la carga emocional no reconocida terminan por desgastar la motivación, que no desaparece como en un evento. Más bien se va desgastando poco a poco”, explicó Nora Taboada, Coach Ejecutiva, Autora, Speaker y fundadora de AFE Liderazgo Consciente, en entrevista con Nueva Mujer.

Nora Taboada
Nora Taboada Nora Taboada, Coach Ejecutiva, Autora, Speaker y fundadora de AFE Liderazgo Consciente (Cortesía)

Cuando el entorno apaga la motivación

De acuerdo con la especialista, uno de los factores más invisibles, pero más determinantes en la desmotivación laboral, es la carga emocional que no se reconoce ni se gestiona dentro de las organizaciones. “La carga emocional no reconocida tiene que ver con falta de empatía e inteligencia emocional de los líderes”, señaló. Y es que “si no hay espacios de seguridad psicológica donde la gente los pueda hablar, entonces produce esta falta de motivación”.

El problema se agrava en culturas jerárquicas donde no existe retroalimentación ni participación. Jornadas laborales extensas, pocas rutas de crecimiento y liderazgos centrados en el control terminan anulando la autonomía, que, según la psicología laboral, es una de las principales fuentes de motivación.


“La jerarquía y el exceso de control aniquilan la motivación y terminan reventando a la fuerza laboral. ¿Qué se puede hacer frente a eso? Primero, una escucha consciente y activa para crear espacios de seguridad psicológica. El líder no tiene que cargar con todos los retos, pero sí abrir espacios donde la gente pueda hablar, replantear prioridades y encontrar soluciones de manera conjunta. El problema de muchas organizaciones es el modelo top-down, donde la orden baja y solo se obedece; cuando existe seguridad psicológica, en cambio, se puede cuestionar, proponer y mejorar las condiciones de trabajo”.

—  Nora Taboada
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Trabajo Micromanagement y liderazgo tóxico apagan la motivación y erosionan la fuerza laboral (Freepik)

La especialista además destacó que la retroalimentación continua es clave en un entorno laboral en constante transformación, donde los objetivos evolucionan y todos aprenden a adaptarse a la era digital. Más que evaluar, se trata de identificar qué funciona y qué debe ajustarse para mantener la agilidad. A esto se suma la claridad estratégica para definir prioridades y fomentar la autonomía, así como la gestión emocional bajo presión, que permite a los líderes actuar con estrategia y asumir un rol más cercano al de coach y mentor en un contexto que sigue exigiendo resultados.

Las consecuencias invisibles pero profundas

El liderazgo abusivo genera estrés crónico que puede derivar en agotamiento, depresión, ansiedad persistente e incluso síntomas asociados al estrés postraumático. Esta presión constante también se somatiza en insomnio, problemas gastrointestinales, hipertensión y otros padecimientos físicos. A nivel emocional, el daño es igual de severo: humillaciones, manipulación y conductas abusivas erosionan la dignidad y destruyen la seguridad psicológica.

“Cuando hay faltas de respeto, pesa hasta la civilidad, decir buenos días, por favor y gracias”, sentenció Taboada. La normalización de gritos, humillaciones o favoritismos alimenta una cultura del miedo donde nadie se siente seguro.

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Trabajo Los micromanagers generan un entorno donde el talento no florece (Freepik)

“La inclusión también es clave: no tener favoritos ni repartir oportunidades por afinidades, sino por desempeño y mérito. De lo contrario, surge la competencia desleal y los llamados talentos tóxicos: personas que dan resultados, pero destruyen la cultura al enfocarse solo en el qué y no en el cómo”

—  Nora Taboada

¿Qué sí puede reconstruir la motivación? Para revertir estos entornos, Taboada es clara: “La verdadera motivación viene de un sentido de progreso y avance continuo”. El verdadero cambio comienza cuando dejamos de normalizar el daño y entendemos que un liderazgo consciente no es un lujo, sino una necesidad urgente. “Si esa toxicidad escala y ya hiciste todo lo que estaba en tus manos y no mejoró, nada vale sacrificar ni tu salud, ni tu dignidad. Entonces, pues a lo mejor es momento de buscar otro trabajo”, finalizó.

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