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“Cuando una vuela, todas vuelan”: el movimiento que busca erradicar la violencia de género desde la empatía y la acción

Casa Gaviota impulsa a mujeres a transformar el miedo en fuerza y la soledad en sororidad

Día naranja
Día naranja Casa Gaviota impulsa un cambio profundo en la erradicación de la violencia de género (Freepik)

El color naranja se ha convertido en símbolo de esperanza y acción. Cada día 25 de mes, este tono inunda calles y redes para recordarnos una verdad urgente: la violencia contra las mujeres no debe normalizarse. En México, una de las voces que impulsa esta lucha con fuerza y empatía es Casa Gaviota, organización liderada por Samantha Báez, su directora y cofundadora, quien ha dedicado su trabajo a acompañar y empoderar a mujeres que buscan recuperar su libertad y autoestima.

“El Día Naranja se estableció para alzar la voz y visibilizar las violencias que vivimos las mujeres todos los días en todos los espacios”, explicó Báez en entrevista con Nueva Mujer. “La violencia está tan normalizada que incluso nosotras ya lo vemos como si fuera algo natural, nos incomoda, pero lo dejamos pasar”. Y es que los datos son alarmantes: siete de cada diez mujeres en México han sufrido algún tipo de violencia, aunque como señaló la especialista, “la cifra nos queda corta, porque el acoso callejero lo hemos vivido un montón de veces: salimos pensando qué ropa usar, por qué calle irnos, a qué hora salir. Vivimos con un miedo latente”.

Mujeres
Mujeres La erradicación de la violencia contra la mujer comienza con educación, empatía y acción (Freepik)

Para Casa Gaviota, la clave está en romper con la indiferencia y transformar el miedo en fuerza colectiva. “Vamos dejando pasar esas violencias en la escuela, en el trabajo, con las parejas. Son un montón de violencias que vivimos sin darnos cuenta porque el sistema machista las ha naturalizado”, agregó.

Desde su fundación, la organización ha desarrollado programas enfocados en el empoderamiento emocional y económico de las mujeres, pilares que, de acuerdo con Báez, deben ir siempre juntos. “Aunque tengas dinero, si no estás empoderada emocionalmente, pueden quitártelo o manipularte. El empoderamiento económico es importante, pero el emocional es indispensable”, afirmó.


En ese sentido, Casa Gaviota ofrece acompañamiento psicológico con perspectiva de género, asesoría legal, talleres de autoconocimiento y proyectos de independencia económica, todo dentro de un marco de educación para la paz y los derechos humanos.

Día naranja
Día naranja Cada acción cuenta para construir un futuro libre de violencia de género. (Freepik)

Una de sus iniciativas más reconocidas es el programa “Stand Up contra el Acoso Callejero”, en alianza con L’Oréal Paris, donde se imparten pláticas en empresas y escuelas sobre cómo actuar frente a situaciones de acoso. “La víctima no es responsable de saber cómo actuar. Pero quienes lo vemos sí podemos ser agentes de cambio”, aseguró Báez.

Además de su impacto social, la directora destaca la importancia de la sororidad entre mujeres dentro de las empresas y los espacios de liderazgo. “Las mujeres hemos llegado a puestos estratégicos y buscamos ayudar a otras mujeres. Está demostrado que somos grandes aliadas”, dijo.

Aun así, el mayor obstáculo sigue siendo el mismo: el patriarcado y el machismo, un sistema que se reinventa para mantenerse. “Los hombres no son nuestros enemigos, pero necesitan sensibilizarse con nosotras. Vivimos en un mundo donde hay espacio para todos los géneros, y este cambio también les conviene a ellos”, subrayó Báez.

Mujeres
Mujeres La erradicación de la violencia contra la mujer comienza con educación, empatía y acción (Freepik)

Para ella, nombrar la violencia es una forma de sanar. “Tenemos que visibilizar, porque aún hoy en México asesinan a once mujeres todos los días, solo por ser mujeres, la mayoría a manos de personas que dicen amarlas. Necesitamos seguir reafirmando que la violencia es inaceptable y que ninguna persona merece vivir así”.

Su consejo para quienes acompañan a una víctima es sencillo pero poderoso: escuchar sin juzgar. “Si lloro más de lo que disfruto en una relación, si estoy más triste que feliz, ahí hay una alerta. El cuerpo nos avisa cuando algo no está bien”, explicó. “Y si una amiga está pasando por algo así, no le digas ‘date cuenta’, dile ‘aquí estoy contigo’”.

Con esa misma empatía, Samantha cerró con la frase que da identidad a su causa: “Las gaviotas nunca vuelan solas, y cuando una se adelanta, siempre regresa por las demás”. Un recordatorio de que la unión entre mujeres puede ser el motor más poderoso para transformar el mundo.

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