En medio de las noches frías de la sierra ecuatoriana, cuando las Fiestas de Quito encienden el Centro Histórico y los barrios se visten de alegría, surge un elixir que parece abrazar el alma: el canelazo. Se consume en la capital, entre sus calles empedradas, entre luces, música, encuentros y brindis.
Según varios registros, el canelazo es “una bebida tradicional de la Sierra” que se prepara mezclando agua con canela, azúcar o panela y aguardiente.
Su origen no está del todo definido: algunos lo ubican en épocas coloniales como una bebida de clases populares, otros lo vinculan con rituales andinos para combatir el frío.
En Quito, especialmente, el canelazo se vuelve protagonista en diciembre, en las Fiestas de la Fundación de la ciudad, o incluso en celebraciones navideñas y de invierno.
Historia que calienta el alma
La historia del canelazo tiene matices de leyenda y sabor. En un artículo de época, se señala que en la capital quiteña, en los años 60 y 70, el beber este brebaje caliente se consolidó como parte de la tradición urbana en las noches de frío.
Algunos historiadores afirman que durante la época colonial se lo conocía como “agua gloriada” o “agüita de azúcar” en los sectores populares quiteños, elaborada con licor, azúcar y canela.
Más allá de su origen exacto, lo cierto es que hoy el canelazo es un símbolo: de Quito, de la Sierra, de la reunión, de la calidez, de los brindis entre amigos y familia.
Ingredientes y magia en la olla
La receta puede variar según quién la prepare, pero los elementos fundamentales permanecen. Aquí un bosquejo de lo esencial:
- Agua caliente infusionada con ramas de canela.
- Azúcar o panela que endulza el alma.
- Aguardiente o “punta” (licor de caña) para dar el toque.
- Opcional: jugo de naranjilla o fruta de la sierra, clavo de olor, anís estrellado u otras especias.
Por ejemplo, para preparar un canelazo tradicional quiteño se recomienda: 1,5 litros de agua, cerca de 170 g de azúcar, 5 ramas de canela, 170 ml de aguardiente y especias al gusto.
La versión más elaborada puede incorporar naranjilla, manzana, flores de jamaica, manzanilla… ¡y hasta convertirse en toda una experiencia gourmet!
“Canelas, canelas”: el ranking mundial
Este 2025 el canelazo recibió un gran reconocimiento: fue incluido en el puesto número 10 del ranking de los mejores cócteles del mundo publicado por la plataforma TasteAtlas.
Este logro lo convierte en un embajador del sabor quiteño y andino ante el mundo.
En la publicación, se describe al canelazo como “una bebida especiada que se disfruta en diversas partes del Perú, Ecuador, Colombia y Argentina … generalmente preparada con una combinación de agua de canela… azúcar o panela… y con un toque de aguardiente”.
La emoción en Ecuador se sintió: un orgullo nacional que una bebida de las montañas ecuatorianas compita con cócteles globales.
¿Por qué nos conquista?
Sabor y aroma: la canela infusionada calienta, el azúcar endulza, la naranjilla aporta viveza, el licor da chispa… todo se mezcla para crear una sensación de confort.
Culturalmente significativo: el canelazo no es simplemente una bebida, es parte de reuniones, encuentros de barrio, celebraciones, risas, recuerdos. En Quito, mencionarlo evoca casi automáticamente sus fiestas.
Adaptabilidad: se puede preparar fuerte, moderado, sin alcohol. Hay versiones callejeras, versiones gourmet. Su versatilidad es una de sus fortalezas.
Reconocimiento global: al aparecer en un ranking mundial, gana visibilidad, lo que incentiva que más personas lo prueben, lo celebren y lo valoren.
El marco perfecto: en las Fiestas de Quito o en días de frío de la Sierra, nada mejor que un canelazo humeante entre amigos, familia o compañeros.
Cómo disfrutarlo en estas fiestas de Quito
Encuéntralo en la calle: durante las Fiestas de Quito (6 de diciembre) y en barrios como San Blas, San Sebastián, La Loma, San Roque, es típico ver puestos que lo sirven bien caliente.
Prepáralo en casa: si prefieres algo más íntimo, haz tu propia olla de canelazo. Invita a amigos, comparte historias, ríe, disfruta.
Varía la intensidad: ¿prefieres sin alcohol? Haz el “naranjillazo”, donde se omite el aguardiente y predomina la fruta.
Brinda consciente: aunque sea caliente y dulce, es una bebida alcohólica (a menos que la prepares sin licor). Disfrútala responsablemente.
Hazlo parte de la experiencia: ideal con empanadas, pristiños, música tradicional quiteña. Permite que el sabor te transporte.
Un brindis a la identidad quiteña
Imagina: las luces de la ciudad patrimonial de Quito brillan sobre la Plaza Grande, la música resuena en los callejones de La Ronda, los amigos se reúnen, las risas se mezclan con el humo del canelazo. En cada sorbo, un poco de historia, un poco de tierra, un poco de celebración.
El canelazo es mucho más que un cóctel caliente. Es símbolo de pertenencia, de compartir, de alegría. Que haya alcanzado el top 10 mundial no es casualidad: es reconocimiento a la calidez de un pueblo, al sabor de una tradición, a la magia de una bebida que abraza el alma.
Así que cuando vayas por un vaso de canelazo en las fiestas de Quito, detente unos segundos: inhala su aroma, siente el calor recorrer tu cuerpo, recuerda que estás bebiendo un legado, celebrando una identidad. Y alza la copa diciendo: “¡Viva Quito! ¡Salud por nuestras tradiciones!”

