Tronarse los dedos, escuchar un chasquido al girar el cuello o sentir un “crack” en la rodilla al subir las escaleras son experiencias comunes para millones de personas. De hecho, se estima que el 54% de la población reconoce crujirse los nudillos con frecuencia. Sin embargo, alrededor de este hábito persisten dudas y temores que vienen desde la infancia: “si te truenas los dedos te dará artritis”, “estás gastando las articulaciones”, “es dañino para los huesos”.
“Esta es una de las consultas más frecuentes que recibo en la práctica clínica, y es importante aclarar que la evidencia científica no respalda la idea de que crujirse los dedos cause artritis u otra enfermedad articular”, explica el doctor Osmar de Toro, especialista en tratamiento del dolor y Director Ejecutivo de Clínica Revitamed.
¿Qué ocurre realmente en el cuerpo?
El especialista detalla que el sonido del crujido no es ‘hueso contra hueso’, como muchos creen, sino la consecuencia de la ruptura de burbujas de gas (principalmente nitrógeno) dentro del líquido sinovial que lubrica las articulaciones. Este fenómeno se produce por cambios de presión cuando estiramos o flexionamos una articulación.
“Lo vemos tanto en los dedos como en rodillas, tobillos, cuello o espalda. Si el sonido ocurre solo y no hay dolor ni inflamación, no es un signo de lesión”, comenta.
¿Se recomienda hacerlo?
Los especialistas coinciden: si se hace ocasionalmente y sin dolor, no existe mayor problema. Sin embargo, si el crujido se vuelve compulsivo, repetitivo o va acompañado de molestias, puede ser necesario revisar por qué ocurre. “En algunos casos puede generar cierta laxitud o sensación de inestabilidad con los años, especialmente si se convierte en un tic nervioso. Pero no es un factor de daño articular a largo plazo”, aclara el Dr. del Toro.
Evidencia científica que derriba mitos
Diversos estudios han comprobado que el crujido no causa artritis:
- Journal of the American Board of Family Medicine: tras analizar radiografías de personas entre 50 y 89 años, no se encontró asociación entre crujir los nudillos y la aparición de osteoartritis.
- Experimento personal de un médico en EE.UU.: durante 60 años crujió los nudillos de una sola mano, dejando la otra como control. Tras radiografías, ninguna mostró signos de artritis.
- Annals of the Rheumatic Diseases (1990): estudio comparativo entre personas que crujían sus dedos regularmente y quienes no. Conclusión: no hubo diferencias en inflamación, fuerza de agarre ni prevalencia de osteoartritis.
Mitos y realidades en torno al crujido
Mito: Tronarse los dedos provoca artritis.
Realidad: Falso. La ciencia no ha encontrado relación entre ambos.
Mito: Debilita la mano.
Realidad: No hay evidencia de pérdida de fuerza por hacerlo ocasionalmente. El riesgo aparece si es constante y forzado.
Mito: Siempre es signo de daño.
Realidad: El crujido en la mayoría de los casos es inocuo. Solo preocupa si hay dolor, inflamación o limitación de movimiento.
¿Cuándo consultar a un médico?
El crujido articular merece atención profesional si viene acompañado de:
- Dolor persistente o intenso.
- Inflamación, enrojecimiento o calor en la zona.
- Pérdida de fuerza o movilidad.
- Rigidez que limita actividades cotidianas.
Recomendaciones para cuidar la salud articular
Más allá del crujido, los especialistas destacan que la mejor manera de mantener articulaciones sanas es:
- Realizar movimientos diarios y ejercicios de fortalecimiento, adaptados a cada persona.
- Mantener una alimentación equilibrada y antiinflamatoria (evitar exceso de harinas, azúcar y comida chatarra)
- Evitar el sedentarismo y las posturas forzadas en el trabajo o frente a pantallas.
- Respetar los tiempos de descanso y pausas activas si se pasa mucho tiempo sentado.
- Consultar siempre ante dolor recurrente o limitación funcional.

