El año 2030 está llamando a la puerta con una sorpresa: ¡entre las mujeres estadounidenses de entre 25 y 44 años, el 45% estará soltera y sin hijos! Esta proyección, que salta desde el 41% registrado en 2018, se basa en el estudio “Rise of the SHEconomy” realizado por Morgan Stanley con datos de la Oficina de Estadísticas Laborales y el Censo.
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¿Qué nos dice este dato?
Para empezar, que la soltería está lejos de ser sinónimo de soledad o carencia: muchas mujeres eligen este camino como expresión de libertad, autonomía y autoconfianza. Hoy priorizan su desarrollo personal y profesional, se forman más, alcanzan puestos de trabajo importantes y cuentan con mayor poder adquisitivo.
Este fenómeno no solo tiene un matiz social, también tiene impacto económico: las mujeres solteras gastan más que las casadas en moda, servicios, cuidado personal y experiencias, y su participación activa en la economía ya aporta más de $7 billones al PIB de Estados Unidos. Retailers como Sephora, Lululemon, Ulta Beauty, además de marcas de automóviles y gastronomía, están prestando especial atención a este segmento emergente.
Una realidad global
Pero detrás del brillo del consumo, también hay un giro cultural profundo: la soltería hoy se ve cada vez más como una elección consciente y celebrada. En palabras de la historiadora Aurelia Martín Casares, este cambio tiene raíces en el feminismo, el acceso a la independencia económica y una redefinición positiva de la identidad femenina: ya no se requiere una pareja para sentirse plena.
Más allá de Estados Unidos, otras regiones muestran señales similares: en España, el 37% de las mujeres entre 25 y 49 años no tienen hijos, según el INE; y estudios indican que ellas dedican hasta un 20% más de horas al trabajo remunerado que sus pares con responsabilidades familiares.
Este cambio genera reflexiones de todo tipo: mientras algunas voces celebran el empoderamiento y la libertad, otras advierten sobre posibles desafíos sociales, como la menor tasa de natalidad o el impacto en la salud mental si disminuye el apoyo afectivo tradicional. Sin embargo, en el pulso cotidiano, muchas mujeres destacan que la soltería puede ser una etapa plena, satisfactoria, y llena de propósito.
De cara al futuro, el dato del 45% es un faro: ilumina nuevas formas de construir nuestras vidas, redefine el éxito y nos anima a abrazar la diversidad de trayectorias: carreras vibrantes, amistades profundas, proyectos personales, familias elegidas o aventuras en solitario. Porque al final del día, lo que importa no es estar acompañada por convención, sino caminar con libertad, alegría y decisión.