Psico

Súpermamás: las habilidades especiales que se despiertan con la maternidad

Convertirse en madre no solo cambia tu cuerpo, cambia tu mente, tus sentidos y hasta tu forma de ver el mundo.

Convertirse en madre no solo cambia tu cuerpo… ¡cambia tu mente, tus sentidos y hasta tu forma de ver el mundo! Sí, tener un bebé activa una serie de “superpoderes” que la ciencia ha comenzado a estudiar con detalle.

No es magia, es neuroplasticidad, instinto y evolución trabajando juntos para una sola misión, cuidar a ese nuevo ser que acaba de llegar al mundo.

Cerebro en modo mamá: el inicio de la matrescencia

Así como la adolescencia transforma nuestra identidad, la matrescencia es ese profundo proceso de cambio emocional, hormonal y cerebral que vive una mujer al convertirse en madre.

Durante el embarazo, el cerebro se reorganiza, aumenta su plasticidad para priorizar la conexión emocional con el bebé y activar las zonas responsables del cuidado, la empatía y la intuición.

La naturaleza lo hace simple porque cuanto más se fortalece el vínculo, más posibilidades tiene el bebé de sobrevivir y prosperar.

Sentidos afilados

Los superpoderes maternos no se ven, pero se sienten. Muchas mujeres descubren que ahora huelen lo que antes no notaban, el olor a comida pasada, el perfume muy fuerte, el pañal sucio a metros de distancia. Este fenómeno tiene nombre, se llama hiperosmia y es real.

Además, el oído se afina. El llanto de un bebé activa áreas cerebrales específicas en las madres que las lleva a reaccionar más rápido y es parte de una alerta sensorial creada para proteger.

El corazón también cambia

La maternidad no solo amplifica los sentidos, también aumenta la sensibilidad emocional. Las mamás pueden sentirse más irritables, ansiosas o tristes. ¿Por qué? Porque ese nuevo cableado cerebral también las hace menos tolerantes al estrés, como una forma de defender a sus hijos de ambientes hostiles.

La sobrecarga emocional no es debilidad, es parte del proceso. Reconocerlo, buscar apoyo y hablar del tema es también un acto de valentía y amor propio.

Ser mamá: el superpoder más humano de todos

La ciencia lo avala, el cerebro materno es una obra maestra de la evolución y las mamás no son perfectas, pero sí extraordinarias. Adaptan sus cuerpos, sus mentes y sus emociones para cuidar, contener y amar.

Así que la próxima vez que una mamá diga que presiente algo, que escuchó un llanto cuando nadie más lo hizo, o que no soporta el olor de la cebolla… créele. Probablemente está usando uno de sus muchos superpoderes.

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