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Sanar la herida materna para sanar tus relaciones: un acto de amor y crecimiento

Sanar el vínculo con mamá puede transformar tu forma de amar y de verte a ti misma.

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Maternidad Cuando sanas la relación con mamá, sanas la raíz de tu autoestima y tus relaciones. (Freepik)

Hay vínculos que, sin importar cuánto tiempo pase o cuántas historias construyamos fuera del núcleo familiar, siguen marcando profundamente quiénes somos. Uno de esos lazos fundamentales es el que tenemos con nuestra madre. Y es que muchas veces, la forma en que fuimos vistas, cuidadas o exigidas por mamá se refleja directamente en cómo nos relacionamos con el mundo, con nosotras mismas y con nuestras parejas.

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“La relación con mamá es dos cosas: la vida, nuestra relación con la vida, y nuestra relación con la intimidad. Es el vínculo que nos da la vida y que nos nutre, o nos roba, dependiendo de cómo haya sido esa relación. También es el vínculo más íntimo que tenemos, desde el pecho hasta el cuidado y la mirada. Mamá nos da la seguridad interna, mientras que papá nos da la seguridad externa. Si ese vínculo con mamá está fracturado, afectará nuestras relaciones cercanas e íntimas”, reveló Marta Ro, speaker internacional y especialista en coaching ontológico y transformacional, en entrevista con Nueva Mujer.

Marta Ro
Marta Ro Marta Ro es una comunicadora mexicana con formación profesional en coaching ontológico, transformacional y de mindset (Cortesía)

Desde el momento en que llegamos al mundo, mamá es el primer vínculo que experimentamos, el que nos alimenta, nos acoge, nos observa o, en ocasiones, nos ignora. Esto es lo que moldea nuestra relación con el amor, la seguridad interna y, por supuesto, las relaciones afectivas de pareja. Cuando esa base emocional es frágil, está ausente o se construye sobre la desaprobación, los efectos son evidentes en nuestra capacidad para establecer vínculos saludables.

En la conversación, Marta Ro planteó una cuestión esencial: “¿Tu mamá te vio tal como eres o intentó moldearte según lo que ella pensaba que debías ser?”. Esta interrogante subraya uno de los factores clave que influye en muchas de las dificultades emocionales que arrastramos en la adultez. Según la especialista, muchas veces la infancia se convierte en un proceso de condicionamiento más que de comprensión, lo que marca la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás en la adultez.

Su ex marido tuvo hijos con su mamá
Maternidad Sanar la historia con mamá no es culparla, es liberarte a ti. (Freepik )

Entre la aprobación y el abandono emocional

Cada niño tiene una identidad, una personalidad y necesidades únicas que deben ser reconocidas y valoradas por sus padres, especialmente por su madre. Cuando eso no ocurre, crecemos buscando validación, luchando con relaciones que se sienten vacías, desconectadas o inestables.

“La seguridad en las relaciones que desarrollan los niños proviene de sí mamá aprueba o desaprueba quiénes son. Y eso no depende de palabras, ni de golpes o la ausencia de ellos, sino de la mirada de mamá, literalmente.”

—  Marta Ro

Sin embargo, el problema no siempre radica en la ausencia de amor, sino en la forma en que éste fue expresado. Como explicó Marta Ro: “No es que mamá no nos quisiera, es que muchas veces no supo cómo amar desde el vínculo, sino desde el deber. Mamá va a hacer lo que ella cree que es amor y eso no necesariamente es algo que a ti te toca”.

Maternidad
Maternidad Sanar heridas maternas (Freepik)

La especialista destacó que, como adultos, es necesario poner a los padres en su lugar:

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“Parte del problema que tenemos es no poner a nuestros papás en su lugar cuando nos volvemos adultos”

—  Marta Ro

A medida que crecemos, debemos ver a nuestros padres como iguales, no como figuras autoritarias. Establecer límites claros es esencial para vivir nuestras propias vidas sin repetir patrones disfuncionales. “Cuando ya eres un adulto, tus papás son una persona más”.

Sanar la herida materna para elegirnos en la adultez

Más allá de las reglas y expectativas, lo que realmente necesitamos aprender es cómo conectarnos emocionalmente con los demás. En este contexto, Marta Ro señaló que los patrones de crianza a menudo se centran más en cumplir con normas sociales que en ofrecer una conexión auténtica. “Al final hay algo que se llama deuda social. Todos tenemos una deuda social de mamá y papá porque nos dieron la vida”.

Lo que vivimos es un reflejo de lo que dejamos pasar sin tratar, y cómo nuestras relaciones familiares y las creencias adquiridas desde la infancia tienen un impacto profundo en nuestra vida adulta. La clave está en trabajar para sanar esas heridas emocionales, ya que sólo a través de la comprensión y el trabajo interno podemos liberarnos de las limitaciones que nos impiden tener relaciones más profundas y significativas.

Marta Ro destacó la importancia de buscar herramientas para trascender y vivir de manera más consciente. “Todo lo que queramos que sea difícil va a ser difícil, todo lo que sea simple va a ser simple”, dijo, insistiendo en que es necesario asumir la responsabilidad de nuestras vidas y reconocer que, al sanar, nos estamos eligiendo a nosotros mismos.

Con motivo del Día de las Madres, Marta Ro presentará una función especial de Hoja en Blanco este 10 de mayo. Más que una puesta en escena, es una invitación a sanar, honrar y resignificar la relación con mamá desde un lugar de amor, conciencia y verdad. Una experiencia íntima y transformadora que nos recuerda que también se puede celebrar reconociendo lo que duele para dejarlo ir.

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