Immaculata De Vivo, una epidemióloga molecular y profesora en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, y Daniel Lumera, un biólogo natural e investigador en sociología de los procesos culturales y comunicativos, unieron su conocimiento en el libro ‘Biología de la Gentileza’ donde explican cómo los valores como la gratitud, el perdón y la propia gentileza son determinantes para nuestro cuerpo.
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“La gentileza es un fármaco natural, es un medicamento, una medicina natural muy potente”, reveló Daniel Lumera.
En una entrevista con Nueva mujer, Daniel Lumera, invita al público a priorizar el valor de la generosidad como una clave para mejorar no solo cada aspecto de la vida de una persona, incluso para ser longevos, repercutiendo directamente en el cuerpo.

¿Pero qué es la gentileza? Daniel Lumera describe este valor como imprescindible y revolucionario que demuestra la verdadera capacidad del ser humano para adaptarse:
“La etimología de la palabra gentileza es potentísima porque se origina del latín ‘gente, gentil, gentiles’ que significa que pertenece a la gente, por ejemplo, la gente romana era una familia noble de pertenencia, no solo biológica, era un clan, los miembros de este clan tenían precisos deberes de asistencia, de amor y de cuidado hacia los demás”.
De ahí que el libro ocupe como principal premisa la gentileza, demostrando que esta puede ser beneficiosa en diversos aspectos de nuestra vida, explicando a través de sus capítulos cómo acciones en cadena y el apoyo hacia otros son cruciales:

“El libro ha sido desarrollado con base a un estudio de la Universidad de Harvard, demostró con un grupo de mujeres que, por cuatro años cada día, han practicado ‘Loving Kindness Meditation’, que tenían los telómeros (la parte terminales de nuestros cromosomas y que la ciencia utiliza como biomarcadores de longevidad) bien conservados”.
El coautor de ‘Biología de la Gentileza’ explicó cómo es que este valor repercute en una mejor calidad de vida, en cuanto a salud y relaciones con los demás, eliminando cualquier instinto de competencia y violencia, que es justificada como un método de supervivencia.

“Esto significa científicamente, a nivel de neurociencia, que las personas gentiles viven más, se enferman menos y esto es muy potente como noticia porque nosotros hemos malinterpretado el concepto de Darwin de evolución, que simplemente declaró que el más apto a sobrevivir en el planeta es el que más se adapta al cambio y la gentileza es una estrategia ganadora porque crea relaciones más de confianza, más auténticas, más leales, más felices”.
Eso sí, el valor de la gentileza debe nacer de una intención pura para que esta repercuta de forma positiva en el organismo, y no de una forma superficial, de ahí, los autores retomaron un ejemplo, que fue hecho a partir de un cuento de Benjamín Franklin:

“El cuento de Benjamin Franklin está conectado con un experimento científico que me encanta, que la ciencia lo llama ‘Ripple Effect’ o ‘Efecto Contagio’, se refiere a que en nuestro cuerpo se desencadenan una serie de reacciones químicas conectadas con el bienestar, la felicidad, el gozo, la salud. Esto significa que es un virus, la gentileza es contagiosa; esto es muy bonito porque podemos generar una pandemia de gentileza”.
Pero, para poder comenzar a unirse a esta cadena de gentileza y mejorar la calidad de vida, Daniel Lumera explicó cuáles son las seis áreas que son importantes de tratar.
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La primera es la alimentación, la segunda el movimiento físico, el tercero el bienestar, para la cuarta, las relaciones sanas son importantes, en cuanto a la quinta estrategia es importante reducir el estrés mediante el contacto con la naturaleza y por último el contacto diario con formas inspirativas de arte y de música.

Por último, el coautor de Biología de la Gentileza, exaltó el valor del perdón que impacta de forma positiva en nuestra vida:
“Tener la capacidad de comprender la raíz del dolor o de la violencia de la otra persona o de nosotros, significa madurar. Una empatía madura, sin justificar lo que ha pasado, pero entendiendo, comprendiendo su raíz. Entonces, aumentando nuestro nivel de conciencia también perdonar no significa no reaccionar, significa no actuar, pero a través del miedo, empujados por rabia, por resentimiento, por culpa, por impotencia, sino actuar desde una condición de conciencia, de lucidez, de presencia, de empatía, de compasión”.