El regreso a clases trae consigo una mezcla de emociones. Por un lado, los niños están entusiasmados por reencontrarse con sus compañeros; por otro, los padres sienten una cierta inquietud. Con el inicio del año escolar, es común que los estudiantes se enfrenten a nuevos virus, como resfriados, tos e infecciones estomacales, lo que aumenta la preocupación en los hogares.
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Una de las prácticas más preocupantes en este contexto es la automedicación, que implica la administración de medicamentos sin la supervisión de un profesional de la salud. Esta tendencia es especialmente alarmante en la población infantil, que es más vulnerable y carece de la capacidad de decisión adecuada.
Fernando Aguinaga, médico pediatra y neonatólogo, advierte sobre los serios riesgos que implica la automedicación en Ecuador. Diversos factores contribuyen a esta práctica, incluyendo la percepción de que la consulta médica es un “gasto” innecesario, así como las recomendaciones de familiares y el consejo de personal de farmacias sin la formación necesaria.
Los padres deben ser conscientes de que tienen la responsabilidad total sobre la salud de sus hijos y que deben tomar decisiones informadas. A continuación, se presentan algunos problemas asociados a la automedicación infantil:
- Diagnósticos Erróneos y Tratamientos Inadecuados: Sin orientación médica, es difícil identificar correctamente los síntomas. Esto puede llevar a diagnósticos incorrectos y tratamientos inapropiados que agraven la situación.
- Efectos Secundarios y Reacciones Adversas: Los medicamentos pueden causar efectos secundarios graves, especialmente en niños cuyos organismos aún están en desarrollo. La falta de supervisión médica incrementa el riesgo de reacciones adversas.
- Interacciones Medicamentosas: La medicación no supervisada puede resultar en interacciones negativas entre diferentes fármacos, disminuyendo su eficacia y aumentando el riesgo de efectos adversos.
- Desarrollo de Resistencia a Antibióticos: El uso indiscriminado de antibióticos puede contribuir a la resistencia a estos medicamentos, complicando futuros tratamientos de infecciones.
Ante estas problemáticas, se recomienda a los padres que busquen atención médica ante cualquier síntoma o malestar en sus hijos. Solo un médico capacitado puede prescribir el tratamiento adecuado. La salud de los niños es una responsabilidad seria y debe ser abordada con el máximo cuidado.