No hay una escuela para padres, por lo que una vez que se entra en este universo es normal sentir tanto temor por la incertidumbre eterna de saber si cada acto, palabra o acción que se hace o deja de hacer puede afectar positiva o negativamente en el hijo, es persona que se está formando y, prácticamente, se convierte en una extensión de los progenitores. Es el espejo de ellos.
Por eso, es completamente normal que como padres siempre se desee el bienestar eterno, en todos los sentidos, para los descendientes. Así como que el miedo lo invada y se haga un esfuerzo máximo para que ellos no atraviesen por el sufrimiento, las carencias y los traumas que ellos vivieron en carne propia, por lo que se suele desaprender patrones y creencias para darle un mejor porvenir.
A diferencia de otras décadas, desde hace varios años se han venido compartiendo e implementando algunos modelos de crianza para permitir un desarrollo psicológico sano de los niños, en el que el amor es la base de todo y los gritos, las frases negativas, las restricciones y la sobreprotección son reemplazados por pensamientos positivos, hablar asertivamente, validar sus emociones y más.
Pero, ¿Cómo no trasmitírmele las inseguridades y los miedos a los hijo? Aquí entra la epigenética, que de acuerdo con National Human Genome Research Institute “es el estudio de los cambios en la función de los genes que son hereditarias y que no se pueden atribuir a alteraciones de la secuencia de ADN”.
Esto quiere decir que eventos traumáticos no solo puede quedar grabados en la psiquis de quien lo padeció, sino también que deja una marca en el ADN, que se puede transmitir de generación en generación y que se puede activar bajo ciertas condiciones.
Una de las formas de transmitirle directamente por comportamientos la ansiedad a los hijos es manejando con completa consciencia el estrés y enfocarse en el presente, así como identificar todos los factores que los detonan. Hay que modelar la conducta y explicar para sí y a sus pequeños qué es lo que le está ocurriendo.
El Child Mind Institute sostiene que es importante saber desvincularse de todo aquello que no solo detone la ansiedad, sino también la depresión, la ira, sobreprotección y comportamientos que no son los mejores para criar una persona. Hay que buscar una red de apoyo para que ayude a los padres mientras están tratando de sanar su salud mental.
Una forma básica de transmitirle los miedos es identificándolos, ya que muchas veces no se es consciente de esto y se les hereda. También saber cuáles son los comportamientos y las acciones que se tienen delante de los niños cuando se está atravesando por un episodio de temor. Y, finalmente, conversar con los pequeños o adolescentes sobre lo que mamá o papá está experimentando.