Es verdad que a veces las relaciones no funcionan, pero también es cierto que es posible llevar a cabo rupturas desde el respeto. Terminar un vínculo amoroso no nos da carta libre para humillar a la otra persona ni hacer daño.
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Aunque la vida no siempre es ideal y nuestro aspecto romántico no escapa de esto, la manera en la que alguien se comporta dice mucho de sí mismo: si en realidad era buena persona, si en serio nos amó y valoró, dándonos su versión más real.
¿Por qué? Porque ahora que no existe un ‘interés’ de por medio, saca a relucir su faceta más transparente y sus nuevas intenciones. Esta es la manifestación de si es una persona con valores, o bien, se deja llevar por el rencor, los celos o el dolor, que son malos consejeros.
La otra persona merece el mismo respeto y atención al principio como al final de la relación
Si queremos sanar y cerrar una etapa de nuestra vida, mejor hacerlo de la manera menos tóxica y más considerada posible. Eso incluso habla del cuidado y respeto que tenemos por nosotros mismos: es incoherente profesarle nuestro profundo amor a alguien y al mes, odiarla y despotricar contra ella.
Estos escenarios quedan de manifiesto, por ejemplo, con Christian Nodal, Gerard Piqué y Joe Jonas. Para muchos, ellos faltaron el respeto al iniciar nuevas relaciones durante o muy cercano al fin de su relación o hasta a esparcir mentiras a través de terceros.
Pero esto no es lo más preocupante, ya que a veces el amor aparece de manera inesperada, sino todo lo que ha traído a colación.
Episodios lamentables como la permisividad de Nodal cuando el público insulta a Belinda descaradamente tildándola de villana en su presencia (sin él poner un alto), o que Piqué no haya demorado ni un mes en salir a la calle con su nueva pareja tras más de una década con Shakira.
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De igual manera, la guerra mediática que ha desatado el equipo de Joe Jonas en contra de Sophie Turner ha abierto conversaciones muy interesantes en cuanto al fin de una relación.
La clave en toda relación humana debe ser la empatía. Pedimos clemencia cuando somos víctimas, pero no nos detenemos a pensar si a esa persona este hecho le sentará bien cuando somos victimarios. Terminar una relación siempre es doloroso, pero en nosotros está que evitemos siempre hacer daño innecesario.
Independientemente del tiempo que duró la relación, la intensidad emocional que implicó o los objetivos que consiguieron en común, hay que tratar como nos gustaría que nos traten, aunque las cosas no hayan acabado bien.
Además, como mujeres, ¿podríamos confiar de estar con alguien que trata tan mal a su expareja? Esto también debe ser parte de las ‘red flags’ que analicemos cuando queramos darle una oportunidad. Recuerda: probablemente como la trató a ella, termina tratándote a ti cuando se acabe la fase de conquista.