La menopausia no tiene que ser algo traumático para la mujer y tampoco es el final de la vida, pero si es una etapa en la que debemos cuidarnos más para estar saludables.
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Según la revista Medline Plus, la menopausia es la época de la vida de una mujer en la cual deja de tener menstruaciones.
Suele ocurrir naturalmente, con mayor frecuencia después de los 45 años y se produce porque los ovarios de la mujer dejan de producir las hormonas estrógeno y progesterona.
La disminución y desaparición posterior de las hormonas femeninas provoca una serie de síntomas:
- Menstruación irregular y desaparición.
- Sofocos y calor repentino.
- Trastorno de sueño.
- Sequedad vaginal.
- Cambios emocionales y depresión.
- Cambios corporales.
- Pérdida de cabello y uñas débiles.
- Problemas de memoria y dificultad para concentrarse.
- Piel seca.
- Dolores de cabeza o de pecho.
- Aparición de vello facial.
- Osteoporosis o problemas en los huesos.
Cuando una mujer entra en esta etapa, uno de los hábitos que debe revisar es su alimentación para adaptarla a este nuevo período vital marcado por los cambios hormonales, los cuales desencadenan nuevas necesidades nutricionales.
Estos cinco alimentos deben incorporarse en la dieta diaria cuando entramos en esa etapa:
Leche y derivados lácteos
Cuando las mujeres dejan de fabricar estrógenos, se producen alteraciones en la regulación del calcio que derivan en pérdida de masa ósea.
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Para evitar la descalcificación se necesita vitamina D, por eso es fundamental tomar el sol al menos 15 minutos al día e incluir en tu dieta alimentos ricos en ese nutriente.
Aceite de oliva virgen extra
Durante esa etapa suelen aumentar los niveles de colesterol y el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Para evitarlo es imprescindible llevar una dieta cardiosaludable aumentando la ingesta de grasas saludables (aceite de oliva virgen extra, frutos secos, aguacate).
Pescados blancos
Al llegar a la menopausia, las mujeres no solo aumentan de peso, también la grasa deja de acumularse en las caderas y pasa a hacerlo en el abdomen. Esto es uno de los factores que hace que aumente el riesgo cardiovascular, el colesterol y la tensión arterial.
Para controlar este proceso es conveniente adoptar una alimentación que incluya alimentos bajos en calorías, como los pescados blancos, como el bacalao, la merluza o el rape.
Aumenta el consumo de líquidos
Lo ideal es beber alrededor de 1,5 litros de agua al día, lo que equivale a 6 vasos. Pero si te cuesta alcanzar esa cantidad, una buena opción es tomar infusiones u optar por caldos vegetales
Pollo o pavo
El aumento de peso va acompañado indefectiblemente de una pérdida de masa muscular. Una situación que se puede minimizar con una dieta rica en proteínas magras (conejo, pollo, pavo, pescado blanco) y con ejercicio físico de fuerza o tonificación.