Educar a un hijo no siempre es una tarea fácil, no siempre encontramos la “receta” adecuada para este rol. La buena relación entre padres e hijos no solo es el mejor vehículo para que los más jóvenes se desarrollen correctamente; además, es necesario para ser feliz en el ámbito familiar.
Charlamos con nuestra columnista amiga y profesional dedicada al aporte y desarollo de cientos de familias, Patricia Jurado, experta en la Kabbalah, nos ayudó con varias herramientas esenciales que nos brindarán conocimientos y estrategias para mejorar, cuidar o mantener una buena relación con nuestros hijos.
¿Cómo formar una buena relación con nuestros hijos?
De acuerdo a mi entendimiento de la Kabbalah y a mi práctica de la sabiduría como madre es esencial entender que nuestros hijos vienen a traves de nosotros pero no son nuestros, le pertenecen al creador, al infinito, esa alma viene a nosotros pero no nos pertenece, cuando está en nuestro vientre podemos nutrirlo físicamente para que se forme, pero cuando ya nace podemos nutrirlo desde el ejemplo, no tanto desde las palabras. Todo esto para que esta persona experimente su propia vida y pueda desarrollar hacia nosotros un amor que se sostenga en el tiempo, porque sucede que cuando uno es niño ama a su madre y a su padre de una manera sin igual, sin embargo, cuando crecemos a veces ese amor se va desvaneciendo.
Tienen que ser libres pensadores, ellos tienen su propia mente, su propia manera de experimentar la vida, si como madres respetamos esa libertad eso produce que nuestros hijos quieran mantenerse cerca de nosotros, nos amen y nos respeten por quienes somos, con todas nuestras virtudes y defectos.
¿Cómo transformar una mala relación con nuestros hijos adultos?
Si hacemos una encuesta, el 80% de las personas tienen una mala relación con sus padres, sin embargo, gracias a la sabiduría de la Kabbalah, que es un camino de transformación y autoconocimiento, ayuda mucho a resignificar la relación que tenemos con nuestros padres, nos va a cambiar a nosotros, pero no va a cambiar a nuestros padres y eso es algo que debemos tenerlo claro, si ellos deciden asistir a terapia y cambiar desde sus propias decisiones es algo loable, pero nosotros vamos a tener más herramientas para que esos patrones y las mismas cosas que nos lastimaron ya no nos vuelvan hacer daño y no hagan daño a nuestras siguientes generaciones.
¿Cómo transformar la negatividad en nuestros hijos?
Todo ser humano antes de tomar la decisión de ser madre o padre debería pasar por el proceso de autoconocimiento y de terapia psicológica (en el caso de que así lo necesite). La inmensa mayoría de personas venimos a trabajar algunos aspectos que incluyen traumas y dolor que fueron experimentados en nuestra infancia y por esa razón sin querer transladamos esos patrones que nos lastimaron a nuestros hijos. Para no repetir patrones y no continuar con este ciclo de negatividad y dolor es importante tener conciencia de que no importa la historia que hayamos vivido de niños, como hijos siempre podemos resignificarla, sanarla y actuar desde un lugar mucho más equilibrado para educar a nuestros hijos.
¿Cuándo mi hijo empieza a sentir mis trastornos negativos en su crianza?
La ciencia actualmente dice que desde el momento de la concepción y estoy de acuerdo con estas investigaciones. Pues con la información que nos proporciona es muy certera en cuanto se refiere que al momento de la concepción un ser humano puede ir sintiendo a través del cordón umbilical si la madre lo acepta, lo rechaza, lo recibe con amor, es decir, se nutre de cómo es la experiencia mientras la madre tiene a ese niño en su vientre, pasa toda esa emoción y pensamientos. Así como existe un cordón umbilical para nutrir de al embrión de vitaminas y de minerales que necesita, para el bebé también existe un cordón espiritual que transmite las emociones, información a ese ser humano que habita en el vientre de la madre.
No existe herramientas para “blindar” a nuestros hijos
Según la sabiduría de la Kabbalah es imposible “blindar” a nuestros hijos, cada ser un humano baja a esta vida para aprender cómo se siente la alegría, para diferenciar entre a alegría y la tristeza debes conocer ambas cosas, para diferenciar entre la riqueza y la pobreza debes conocer ambas cosas, este plano terrenal en el que vivimos es un planeta en el que hay opuestos y en base a esos opuestos es en el que los seres humanos aprendemos y entendemos qué es lo que queremos.
Si bien es cierto un deseo natural de las madres es querer “blindar” de la tristeza, del dolor, de la pobreza, es algo natural, pero cuando nosotros amamos a nuestros hijos a un nivel que queremos protegerlos de todo lo que existe en la tierra, lo que vamos hacer es hacerles daño porque vamos a querer sobreproteger y no vamos a poder evitar ninguno de los sentimientos que ellos vinieron a vivir.
Sin embargo, lo que si podemos hacer es enseñarles por medio del ejemplo. Es como transitar la tristeza, el dolor y todos los procesos dificultosos que se presenten en sus vidas, porque ese ejemplo que nosotros le damos de alguna manera les ayuda a ellos a enfrentar las diferentes situaciones que se ponen en su camino, cualquier situación se puede vivir desde la paz y esa memoria que grabamos en nuestros hijos es lo mejor que podemos hacer por ellos.
Tres herramientas valiosas
- Tomar responsabilidad, crecer, autotransformarse para recibir desde un lugar diferente a nuestros padres, pero recibirlos tal cual ellos son, sin esperar que ellos cambien, tomar responsabilidad y actuar.
- Tomar terapia psicológica porque todos necesitamos sanar algún dolor que se mantiene permanente en nosotros y sale en el momento menos indicado. Sanar nuestra vida es solo nuestra responsabilidad.
- En el caso de ser necesario ayudarse de los coach sistémicos que son especialistas en sanar los vinculos de un árbol familiar.
Validar la terapia psicológica y emocional
La espiritualidad a través de la Kabbalah ayuda mucho, pero a veces no es suficiente es ahí donde entra la terapia psicológica. Es importante ir desmitificando que la terapia psicológica es solo para personas que tienen desórdenes mentales, es para todo el mundo porque todos tenemos un dolor por dentro que nos limita, que crea tropiezos, conflictos amorosos, etc entonces mientras más herramientas tengamos para sanar ese dolor mejor calidad de vida tendremos.