Dicen que las mujeres sufren primero el duelo en una relación que no funciona, hasta que finalmente se atreven a dar el paso y salir de ella, pero establecer esa primera charla incómoda no es fácil.
Incluso se puede alargar durante meses (o años) por temor a herir los sentimientos de la otra persona, que vaya a interpretar nuestras palabras o que nos odie, porque que ya no se sientan bien como pareja no significa que no puedan ser amigos.
Sea cual sea el caso, dar ese primer paso es muy necesario porque cuando ya tenemos claro que no queremos continuar, cada día que pasa estamos mintiendo y fallándole a la responsabilidad afectiva hacia esa otra persona que también merece respeto.
Sin embargo, es fundamental estar muy claros en lo que sientes: primero debes escucharte, evaluar tus pensamientos, establecer tus motivos y descubrir si de verdad estás segura que eso es lo que debes hacer.
Si la respuesta es “sí”, no te llenes de excusas para evitar sacar la charla y hazlo, porque cuando acumulamos por mucho tiempo estas emociones dejarás a tu pareja de la peor manera posible. Y lo que en un principio querías evitar, sufrir o hacer daño, se volverá inevitable.
La realidad es que no hay manera de cortar una relación sin hacer daño
Siempre duele decir adiós y dejar atrás esa parte de tu vida, en especial cuando hay tantos recuerdos y proyectos construidos al lado del otro.
Hay que aceptar que habrá daños para ambos, pero la manera en la que establezcas la conversación evitará que sea peor. Por eso, ármate de valentía, de empatía, de paciencia y de argumentos honestos para decir adiós.
Si lo haces ahora, es posible que no hayas llegado a un cúmulo de emociones reprimidas y puedas tomar la decisión desde tu calma. Date y dale la oportunidad de encontrar a alguien más que en el futuro sí los haga verdaderamente feliz.