Pareja

Le tengo rencor a mi pareja, pero no lo quiero dejar: ¿qué hago?

La comunicación es la base fundamental para aliviar el malestar.

Rencor en la pareja

Aunque las películas y la televisión nos vende la fantasía de que en las relaciones de pareja todo es amor, en la vida real hay mucha diferencia, porque al tratarse de interacciones humanas también hay espacio para la tristeza, la decepción y el rencor.

Es normal que surja luego de un gran malestar, pero también es posible salir de él y continuar con el otro de forma sana. Sin embargo el proceso no es fácil, pero es necesario, porque quedarse en ese sentimiento ni te ayuda a arreglar el problema ni aumenta tu bienestar.

¿Cómo saber si lo que siento es rencor?

En primer lugar, hay que decir que este comienza a ser un problema cuando perdura en el tiempo y es desorganizado y recurrente, se caracteriza por ser un estado general de enfado persistente hacia la otra persona y a veces no se sabe de dónde vino.

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Si tu pareja te fue infiel y lo sabes, pues esa puede ser la causa, pero en ocasiones son pequeñas cosas que no se sanan y se van acumulando con el tiempo hasta que sientes que lo odias. Por ejemplo:

  • Insultos o comentarios hirientes en algunas discusiones.
  • Falta de asertividad a la hora de expresar nuestras necesidades, opiniones o sentimientos.
  • Inseguridades en la pareja mal gestionadas.
  • Sentirse maltratado o poco apreciado por el otro.
  • No expresar lo que se siente.

¿Cómo resolver el rencor hacia la pareja?

El psicólogo Eduardo Bertomeu recomienda trabajar en la comunicación como primer paso. Una buena comunicación entre los miembros de la pareja puede ser el punto de partida para comenzar a cambiar lo que no funciona, sin faltar el respeto y acordar soluciones.

En esta, es importante ser honestos sobre los sentimientos y también ser empáticos con el otro. Siempre es bueno buscar el aprendizaje o la lección que absorbes de lo sucedido.

Igualmente es positivo aceptar las emociones y drenarlas, permitiéndose sentir la rabia, el dolor, el rencor e ir sanando poco a poco, sin forzar al otro, pero buscando dejar atrás el pasado.

Cada quien debe reconocer sus errores y tomar la responsabilidad para corregirlos y entender que todas las parejas pueden mejorarse, pero no son perfectas.

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