La ansiedad es una enemiga incluso más silente que la depresión pues muchas veces solemos confundir sus señales. Creemos que esta preocupación será pasajera, que el estrés por el trabajo es lo que nos está afectando o que simplemente “somos así”, muy intensos.
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Pero no, más allá de los rasgos de la personalidad, los síntomas de la ansiedad hacen mella en la vida cotidiana y en la paz mental, lo que a larga afecta a la salud, la calidad de vida y las relaciones sociales.
[ Consejos de un experto para dejar de comer por ansiedadOpens in new window ]
Señales de la vida cotidiana que en realidad son ansiedad
Preocupación excesiva
Hay ciertas circunstancias puntuales que hacen que nos preocupemos: una enfermedad, que se te retrase un pago o discutir con una amiga, pero si este sentimiento es algo constante en tu vida, algo anda mal.
Se siente desproporcionada en relación a los eventos que la desencadenan y hasta suele ocurrir como respuesta a situaciones normales y cotidianas, haciéndola difícil de controlar, lo que termina afectando tu concentración a actividades del día a día, explicó Healthline.
Intranquilidad
Los sentimientos de agitación e intranquilidad son parte de los más desgastantes mental y físicamente para los que padecen ansidedad, pues hasta en ocasiones traen como consecuencia un ritmo cardíaco rápido, fatiga, insomnio, tensión muscular, sudoración, temblores, boca seca o ataques de pánico.
No obstante, el no haber manifestado síntomas físicos no significa que no debas preocuparte por lo que sucede en tu cabeza, especialmente si se presenta la mayoría de los días durante más de seis meses.
Irritabilidad
Según un estudio citado en la misma fuente, más del 90% de las personas con trastorno de ansiedad generalizada reportó sentirse muy irritable durante los momentos en los que no tuvo control sobre su ansiedad.
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Esto está relacionado a los cambios de humor, producto también de la misma alta agitación y preocupación excesiva, además de otras señales de la ansiedad como recuerdos del pasado que resultan incómodos o tener pensamientos catastróficos.
Asimismo, cuenta el evitar situaciones sociales porque te preocupa que otros te juzguen o examinen, eres una persona perfeccionista con necesidad de tener el control, te cuesta tomar decisiones, estás siempre cansada y te cuesta relacionarte con nuevas personas.
