Nueva Mujer Ecuador y Cava Studios vivieron una experiencia llena de amor y esperanza en un día que compartimos el cambio de look de un grupo de mujeres que enfrentan una de las peores batallas, misma que temen muchas personas y es el sobrevivir al cáncer de mama.
Mientras estas féminas sienten una infinita gratitud por ponerse en manos de uno de los mejores estilistas a nivel local e internacional, Miguel Cava, hay un maravilloso equipo que lo acompaña y las recibe con sonrisas, unas manos creativas y miradas de complicidad. Pero el regalo es para él, lo dice firmemente.
“El día que las tuve en mi estudio fue una de las experiencias más gratificantes en mi vida. No desmerezco absolutamente a nadie, pero el entender otra realidad, en la que tu salud puede estar en un serio peligro te enseña a ver con otros ojos los problemas propios.
¿Cómo fue esto? Yo conversé con cada una mientras las peinaba, se trataba de mujeres que habían superado, otras que estaban en pleno tratamiento y otras que habían recaído en un cáncer de mama. Sentí su confianza en mi. Le abordaba sobre su situación y ellas me manifestaban sus miedos, sus luchas internas y todo el proceso médico que han experimentado a causa de la enfermedad.
Mi perspectiva cambió en mi manera de ver a los míos, comprendiendo algo que nos dicen pero muy pocas veces lo aplicamos, y es entender al otro. Saber qué siente y qué hay en su ser”, cuenta Miguel.
Por las manos de Miguel han pasado figuras públicas, modelos, actrices, presentadoras de televisión, y hasta Misses, además se ha destacado por sus excelentes técnicas de estilismo y colorimetría, haciendo del famoso “Cavalage” una verdadera tendencia que dio lugar a un estilo elegante en todos los cabellos.
Sus clientas la consideran como su amigo y como el “mago” de sus looks porque creen que sus cabellos no encontrarán mejores manos que las suyas. Los miles de resultados a lo largo de su trayectoria profesional avalan esto porque sabe lo que necesita cada una de sus “chicas Cava” como él las llama.
Pero en esta ocasión, Miguel vivió algo que tocó su corazón. Escuchaba cuando Gaby, la presidenta de la Fundación Rosa, que acoge a mujeres con cáncer de mama, le contaba sobre cómo se siente que le quiten tus dos senos por quitar todo rastro de células cancerígenas. Con un mirada en retrospectiva, ella narraba cómo fue este proceso, mismo que le impulsó para crear la fundación y apoyar a otras mujeres en su misma situación.
Otras le hablaban de lo doloroso de la quimioterapia y su tristeza por perder su cabello, así como el apoyo de la familia y también la falta de comprensión de otros. Miguel fue su confidente mientras ellas veían en el espejo a esa mujer que de pronto había descuidado el ponerse hermosa por sobreponer las preocupaciones de enfrentar el cáncer y sus consecuencias físicas y psicológicas.
Era increíble cuando irradiaba esa sonrisa por la magia que hacía Cava en sus cabellos muy finos. Poco a poco también veían colores en sus ojos, sus labios y sus mejillas, convirtiéndolas en las protagonistas de nuestra portada.
Este profesional de la belleza, más allá de un referente en su área, también es un ser humano que les regaló lo maravilloso de su empatía, al tratar de ponerse en sus pies y ver lo diminutos que hacen los problemas cuando creemos que son los peores.
