Positividad tóxica: Cómo hacerle frente en tus relaciones de forma sana

A pesar que parezca una locura, la positividad tóxica existe. Estar siempre enfocado en pensamientos positivos e ignorar las emociones negativas no hará que desaparezcan, al contrario, es una actitud contraproducente.

Los especialistas en el tema aseguran que esta práctica puede pasar factura a largo plazo ya que las personas en vez de drenar lo que les sucede, se las callarán, trayendo deterioros en su salud mental.

Los peligros de la positividad tóxica

Obtener simplemente respuestas como «todo estará bien», o «enfócate solo en lo bueno» ante un problema no siempre es lo ideal, además que genera en el receptor sentimientos de frustración o soledad que empeoran su estado anímico.

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Vive y siente las emociones negativas, son parte de la vida también.

“Sentirte escuchado por los demás es uno de los antídotos más poderosos contra la depresión y la ansiedad, mientras que el aislamiento agrava los problemas emocionales. A menudo, ocultar o negar ciertos estados de ánimo provoca más estrés y emociones negativas”, aseguró la trabajadora social Heather Monroe al Huffington Post.

Las emociones humanas son complejas así que la positividad tóxica lo que hace es reducirlas al mínimo, cuestión que va en contra de la propia naturaleza del hombre.

Ni muy positivo ni tan negativo

Según la psicoterapeuta Jenn Mann para InStyle, en efecto, los pensamientos positivos tienen un gran impacto en la vida de las personas, usualmente para mejor.

«Los estudios demuestran que un enfoque positivo puede reducir la ansiedad, está relacionado con el éxito e incluso con una vida más larga y saludable», explicó la especialista.

Sin embargo, esto no quiere decir que todo el tiempo habrá una sonrisa en tu rostro y que la preocupación nunca te va a visitar.

Busca a una persona de confianza y cuéntale tus problemas.

«Es realmente importante poder hablar sobre sus sentimientos, obtener apoyo y desahogarse para avanzar en su proceso de curación», dejó claro sobre lo fundamental que es, cuando se necesite, poder descargar todo lo que se lleva dentro.

A pesar que no quiera causar molestias al otro, mostrarse vulnerable o preocupar a su escucha, hay que ser honestos con los demás para recibir su apoyo y comprensión.

«Cuando negamos nuestras emociones (…) se filtran en los peores momentos o nos volvemos de mal genio y herimos los sentimientos de quienes están cerca de nosotros», aseguró la experta.

¿Cómo hacerle frente a la positividad tóxica?

De acuerdo con el mismo medio, lo importante en estos casos es apoyarse de aquellos familiares y amigos que comprenden su situación y están ahí para conversar sinceramente, más allá de las palabras bonitas.

Para aquellos que no sean tan comprensivos, es importante dejarles claro que «sus intentos de animarte te hacen sentir peor. Hágale saber que quiere que escuche y legitime sus sentimientos de enojo, frustración y ansiedad acerca de su situación, en lugar de disminuirlos al convertir siempre la conversación en algo positivo», recomienda la experta.

Del mismo modo, si eres tú el que constantemente está repitiéndose frases hechas o motivacionales para superar circunstancias adversas sin navegar en la complejidad de las mismas, Monroe afirma que hay que darse permiso para sentirse mal.

Centrarte únicamente en lo positivo no hará que lo negativo desaparezca.

“Agradece lo que tienes, pero habla con honestidad sobre lo que te molesta, lo que echas de menos o lo que te preocupa de cara al futuro”, indicó.

Igualmente serán útiles otras alternativas individuales para lidiar con la ansiedad y el estrés de la situación que lo aqueja, entre las cuales recomienda especialmente escribir un diario sobre sus pensamientos, hacer ejercicios y practicar la meditación.

“Cuidar de ti implica dormir bien, comer sano, hidratarte y hablar más sobre tus preocupaciones con tus seres queridos y amigos (…) Quizás te interese desarrollar un hábito mental que te permita encontrar algo bueno en el sufrimiento”, explicó para el mismo portal el psicoterapeuta Noel McDermott.