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La fortuna de crecer con un papá que me enseñó a ser fuerte

Siempre estaré agradecida por el amor incondicional de papá

Papá siempre será el hombre más importante en mi vida. No sólo fue el primero que conocí sino que fue el primero que realmente admiré y me dio pie a mantener mis estándares altos en el amor.

Quizá me hizo ser demasiado exigente pero gracias a él, sé que vale la pena esperar por la persona indicada. Y no es que idealice de más al hombre que me dio vida y que cuidó de mí sino que genuinamente me enseñó a ser una mujer fuerte.  

Desde niña, él siempre hizo todo para que fuera feliz, desde convertirse en un valiente corcel que cabalga por un bosque encantado, hasta luchar contra dragones y seres de otro planeta. Él siempre secó mis lágrimas cuando sentía que el mundo se derrumbaba, aún si eso fuera a causa de un helado caído o un raspón en mis rodillas después de intentar usar mi bicicleta sin ruedas de entrenamiento.

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Sí, papá me dio todo pero lejos de volverme una niña caprichosa, me formó como una mujer capaz de enfrentar la adversidad con la cabeza en alto. 

Me hizo creer en la magia y los cuentos de hadas pero también en la fuerza que hay dentro de mi y que aunque el mundo puede ser un lugar muy cruel, nada ni nadie puede impedirme luchar por lo que quiero.

Más que una fortuna, crecer con un papá tan amoroso y entregado a su labor, siempre fue una verdadera bendición. 

Papá me enseñó que siempre hay lugar extra para el postre y que una caja de cartón se puede convertir en un mágico castillo. Pero también me enseñó lo increíblemente sanador que es tomar un respiro cuando alguien me rompe el corazón o el poder de un pequeño beso en la cabeza para recordarme que todo estará bien.

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Aunque hubo momentos en los que me sentí avergonzada porque me llamaba «princesa» frente a mis amigos o porque llegó a ahuyentar a posibles pretendientes, hoy entiendo que siempre fue con afán de recordarme que merezco lo mejor.  Después de todo, para un padre no hay nada más importante que el bienestar de «su niña».

Y es que no importa cuántos años tenga ahora o si ya no está presente. Las enseñanzas de papá me hicieron la mujer fuerte que soy hoy.

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