Las mujeres vivimos bajo la presión de cientos de normas sociales. Desde siempre, se ha esperado que encontremos a la pareja ideal con la cual tener hijos y formar una familia feliz y perfecta. Esto sigue siendo lo más cercano a alcanzar la plenitud y mientras que para algunas sigue siendo un objetivo de vida, para otras no lo es.
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Hoy en día existe un movimiento importante por parte de las mujeres que no tienen hijos, con el fin de dejar de ser señaladas pero ¿qué pasa con aquellas que no pueden tenerlos?
Las razones para no querer tener hijos son variadas, algunas no sienten que tienen el sustento económico suficiente para darles una buena vida, otras porque primero quieren concretar ciertos planes y otras porque simplemente no los quieren.
Pero las razones para no poder tener hijos van más allá de una decisión.
Los cuestionamientos y señalamientos son inevitables. Hay quienes incluso creen que el no tenerlos o no poder tenerlos define qué tan mujer eres y es momento de frenarlo. Ser mujer va mucho más allá de tener un útero para procrear.
Ciertamente una de las principales razones por las que una mujer no puede tener hijos es la infertilidad y hay muchos otros factores que vienen con ello.
De acuerdo a Planned Parenthood, ésta se diagnostica cuando después de 1 año o más de intentarlo, no hay un embarazo o si tiene varios abortos espontáneos. Existen tratamientos para muchos tipos de infertilidad, y muchas personas tienen un embarazo saludable y un hijo.
Pero la fertilidad no es solo un «problema de la mujer» o un problema con la edad. Muchas cosas pueden provocar infertilidad y pueden afectar a personas de todos los sexos y edades. Cuando una pareja tiene dificultades para quedar embarazada, es probable que cualquiera de las dos personas (o ambas) sea la causa. No todo debe recaer sobre la mujer y si es así, una no debe sentirse culpable.
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En muchas culturas, las mujeres que no pueden tener hijos sufren discriminación, son estigmatizadas y condenadas, incluso por su propia pareja o familia.
Muchas mantienen sus luchas con la infertilidad en secreto durante años y se sienten avergonzadas. Para que las mujeres nos sintamos seguras y cómodas con nuestro cuerpo, la sociedad debe dejar de señalar y condenar. Basta de pensar que cumplir con ciertos estándares te hace más mujeres. Cada una tiene sus propias batallas y por nada en el mundo hay que minimizar a la otra.
Hoy en día existen tantas alternativas tanto para las mujeres con hijos, como para las que no tienen y para las que no pueden tenerlos. Acabar con los estigmas es lo que nos permite tomar las mejores decisiones, atender nuestras necesidades y alcanzar la plenitud.