Cuando logras conectar con alguien crees que esa conexión durará por siempre. Uno no deja entrar a las personas con la intención de dejarlas ir de forma inmediata, pero a veces es la vida quien termina separándote de ellas.
Los caminos dejan de encontrarse, la evolución personal que tenemos puede acercarnos o alejarnos para siempre de aquellos que prometimos no dejar de frecuentar. Es difícil aceptarlo, pero lo mejor que podemos hacer es quedarnos con lo bueno que nos dejaron.
A veces estas separaciones son necesarias, más cuando la relación se ha tornado tóxica o dañina para ti. Si esa persona te quita más paz mental de la que te otorga es momento de poner un alto, y tomar distancia.
No importa el daño que pudo haberte provocado, en momentos sentirás nostalgia y querrás regresar. No está mal extrañar a alguien, sentir tristeza por no seguir en el mismo camino, y recordar los buenos momentos que juntos pasaron.
Sin embargo, es importante recordad que aunque extrañar no está mal, regresar si puede provocarte un problema. Por pensar solamente con el corazón solemos ignorar lo que nuestro instinto tanto nos grita, y lo que en el fondo sabemos tan bien.
Cuando recuerdes a alguien con añoranza siempre recuerda por qué te distanciaste, sin tener que olvidar los buenos momentos. Lo positivo de relación siempre quedará en tu corazón, y lo negativo se irá convirtiendo en lecciones.
Te recomendamos en video:
This browser does not support the video element.