La humanidad está pasando por momentos en los que parece que todo es caos y malas noticias. La actual pandemia por COVID-19 nos ha obligado encerrarnos en casa, aisladas de todos y lejos de la vida en el exterior. Pero aunque todo sienta más pesado de lo normal, siempre es posible encontrar felicidad, especialmente si eres una mujer que ama bailar.
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Y es que no importa cuán favorables o desfavorables sean las condiciones, cuando bailar, eres capaz de sacarle provecho a la vida de la de la mejor manera. El encierro no es una prisión para ti y esas cuatro paredes que te rodean, no impiden que seas feliz cuando la música suena.
Bailamos porque es divertido y emocionante; porque calma nuestra alma y porque nos hace sentir bien. Es una inyección de felicidad automátic que te ayuda a distraerte de cualquier dificultad que estés atravesando.
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Bailar equilibra tus energías. No importa si tienes gracia de una profesional o «dos pies izquierdos», el movimiento te transforma y te hace sentir con vida de nuevo.

Sí, nos encontramos en tiempos difíciles. Estamos frente a una crisis sin precedentes que nos mantiene angustiadas y temerosas pero si algo puede hacer que todo sea mejor, al menos por unos instantes, es el baile.
La danza tiene un poder místico. Te vuelve capaz de convertir los espacios más pequeños en un escenario sin límites. Te ayuda a tomar control sobre el caos para transformarlo en algo hermoso.
En estos momentos es fácil caer en el pesimismo y en la decepción y para muchos, el confinamiento es una atadura que los hace perder la cordura. Pero cuando bailas, cuando has sentido el poder del movimiento en todo tu cuerpo, nada puede cortarte las alas.
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Estar encerrada y aislada del mundo exterior puede hacerte sentir agotada y sin ánimos de nada pero cuando decides poner tu música favorita y moverte al ritmo de ella, el malestar va desapareciendo poco a poco y sin darte cuenta, recuperas ese brillo que te hace ver tan hermosa.
Bailar es libertad, es un acto de amor propio. No hay cadenas que te detengan ni peso que haga que no puedas levantarte. Y mientras que el mundo puede ser un lugar injusto, lleno de incertidumbre, al final del día eres capaz de encontrar la felicidad donde estés. Así que no dejes de moverte. Es tu momento y tu lugar seguro.
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