Las mujeres hemos siempre hemos vivido bajo los estándares de la sociedad y el romanticismo de las películas y libros. El mundo espera que siempre seamos delicadas y que juguemos el papel de «la dama en peligro»; nos imponen la idea de tener una pareja para sentirnos realizadas.
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Sin embargo, hoy las mujeres sabemos que ese no es nuestro fin último. Queremos ser autosuficientes, queremos ser exitosas y tener nuestra independencia. Sí, queremos ser amadas pero parece que el romance y el éxito profesional están peleados.
Y es que cuando un hombre ve a una mujer exitosa, parece asustarse, como si se convirtiera en un obstáculo de su virilidad.
No se trata de generalizar pero una mujer fuerte, autosuficiente y con metas ambiciosas para estar hecha para enfrentarlo todo pero no para tener una relación exitosa. ¿Qué es lo que sucede?
Una mujer exitosa es capaz de pagar la cuenta, abrir la puerta o ser quien sostiene la sombrilla en los días de lluvia. Pero inconscientemente se vuelve una especie de competencia o así lo han planteado la psicología social.
Hoy las mujeres ya no fingen impotencia para ser más atractivas para los hombres, sino todo lo contrario. Permitir que alguien muestre caballerosidad con actos simples como abrir la puerta se vuelve incómodo pero al mismo tiempo, hace que el otro no pueda sentirse fuerte por brindar protección y consideración. Así como las mujeres estamos sometidas a ciertas reglas sociales de «lo que debe ser», los hombres también y un acto de independencia rompe con este esquema tradicional.
En un estudio publicado en el Journal of Evolution and Human Behavior, los investigadores evaluaron a 120 estudiantes universitarios masculinos pidiéndoles que calificaran su atracción por una foto de una mujer que fue descrita como «supervisora», «compañera de trabajo» o «asistente».
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Cuando se trataba de citas o matrimonio, estos estudiantes universitarios indicaron que estaban más atraídos por los «asistentes». A partir de este estudio de estudiantes universitarios, los autores concluyeron que los hombres prefieren a las mujeres «no amenazantes» como compañeras de vida.
Las mujeres exitosas y poderosas también tienden a poseer características Alfa, y a menudo es su deseo de tomar la iniciativa y controlar el resultado de la mayoría de las situaciones lo que las ha llevado a la cima de sus respectivas carreras. Aquí es donde ocurre la incongruencia, ya que la forma en que se ha socializado a la mayoría de los hombres es que un hombre determina el resultado de la relación desde el día en que conoce a la mujer.
Los machos alfa respetan a las mujeres alfa en los negocios, pero estas mujeres a menudo no logran despertar algo más allá de eso en ellas. Su confianza les puede resultar atractiva, pero su naturaleza competitiva finalmente los apaga.