Cocinar u hornear se ha convertido en una cura común para el estrés o el desaliento. Especialmente las personas que aman preparar postres, saben que hay un placer inexplicable que hace que sus vidas sean más felices.
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Sí, todo lo que implica preparar un platillo requiere de un gran esfuerzo y dedicación pero una de las claves está en el corazón. Porque aunque se trate de una ciencia, no sólo es cuestión de técnica o conocimiento, también del amor que le inyectes. Por ello, las personas que aman preparar postres tienen una perspectiva muy especial de la vida.
Muchos asumen que tienes excelentes recetas, estudiadas y armadas para que tus creaciones sean perfectas pero en realidad, no tienen una fórmula secreta y estructurada. Simplemente fluyes y te dejas llevar por el momento. Eres espontánea y te gusta que tus postres reflejen la belleza de tu alma.
La cocina se vuelve tu lugar feliz, no importa si tuviste un pésimo día o si tu corazón está hecho pedazos. Hay algo ahí que simplemente te revive.
Las personas que preparan postres son más felices y la ciencia lo respalda. Según un estudio publicado en el Journal of Positive Psychology, sumergirte en proyectos creativos hace que te sientas más relajadas y feliz con tu vida., además de que mantiene en balance a tu salud emocional.
Cuando disfrutas de actividades como la preparación de postres, tienes la sensación de crecimiento personal. Además, cuando compartes tus creaciones y los demás las disfrutan, la satisfacción que provoca es increíblemente curativa. No haya nada más satisfactorio que lograr un espojado perfecto en un pastel o que esa tarta de frutas tenga un glaseado perfecto. Cada pequeño logro en la cocina es un motivo de gran felicidad.
Parece un cliché de película hornear postres cuando te sientes deprimida pero es muy real; así lo asegura Dawood Melanie Denyer, fundadora de Depressed Cake Shop, una panadería diseñada para crear conciencia sobre las condiciones de salud mental. Y es que comer postres no sólo hace que te sientas mejor, sino que prepararlos tú misma te lleva a olvidar las penas y sanar el corazón.
