Por July Ruiz E.
La masturbación es un tema tabú del que muy poco se habla entre mujeres, fingimos orgasmos en muchas ocasiones con el único fin de satisfacer a nuestra pareja; cuando de verdad debemos aprender primero a amar nuestro cuerpo, conocerlo, recorrerlo, cuidarlo, mimarlo.
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Muchas de nosotras en algún momento del camino pensamos, «¿Masturbarme yo, no lo necesito? Actualmente hay más apertura de información, sin embargo, las mujeres crecemos con muchos prejuicios acerca del tema del auto tocarnos.
Desde niñas nos dicen que tocar nuestra zona íntima es pecado, está mal y no nos permiten tener una conexión más personal con nuestro cuerpo; haciéndonos creer que el sentir placer es erróneo y nos olvidamos de ser responsables de nuestra propia satisfacción sexual.
Es por eso que, en general, durante los primeros años de la adolescencia —etapa en la que algunas empiezan a conocer su cuerpo— a muchas chicas ni siquiera se les pasa por la cabeza la idea de explorar en su intimidad. Consideran hacerlo como algo tabú o que incluso llega a darles asco y culpa, así que no lo normalizan ni lo prueban con los años.
Por otro lado, las que sí lo hacen se sienten avergonzadas o culpables por ello. Algunas lo niegan y guardan esos primeros pasos como un secreto, como algo privado que nadie debe saber por miedo a que las juzguen o, en este caso, a que les confirmen que ‘está mal’, que es algo sucio.
De hecho la masturbación femenina es saludable, las razones: nos permite conocer nuestro cuerpo, nos da la oportunidad de recorrer y mapear esas zonas erógenas que podemos compartir con nuestra pareja o porque no en el momento que deseamos tener intimidad con nosotras mismas, nos permite aventurarnos a nuevas experiencias y conectar con otros sentidos como el olfato, la audición ya que cuando una mujer usa también su lenguaje para el placer propio puede despertar sensaciones que quizás en pareja es más complejo realizar.
¿Pero qué pasa con las que, simplemente, no se masturban porque no les gusta, no les excita o no les interesa?
Ante ello si una mujer intenta masturbarse y no siente nada puede ser por dos motivos. Uno, que la presión psicológica y el remordimiento sea tan grande que su mente se bloquee y no le permita disfrutar. O puede que tal como se esté estimulando no sea lo que a ella más le guste, pero aún no lo sabe, por ello es importante crear el ambiente para descubrirlo.
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La invitación es averiguar cómo y cuánto puedes llegar a disfrutar de tu cuerpo por tu cuenta. El primer paso es eliminar las ideas tan arraigadas que llevamos en nuestra cabeza, permitirte también no sentir nada las primeras veces que te aventures a masturbarte.
Crear los ambientes adecuados con música, esencias, usar una flor para explorar el cuerpo y ver las zonas sensitivas y sobre todo mantener el corazón abierto a conocernos y reconocernos.
Recordemos que las mujeres tenemos el clítoris cuya única función es generar placer a la mujer y si aprendemos a tocarlo, seguramente tus relaciones íntimas serán de una mejor experiencia para ti y tu pareja.