Las fiestas decembrinas son las más esperadas del año para la mayoría. Su espera está cargada de ilusión, aunque todo parece empañarse cuando te toca compartirla con tus suegros, si ellos no te caen bien. Ese sí que es un compromiso serio.
Pensarás que tu Nochebuena o fin de año están arruinados por el simple hecho de saberlos cerca, pero no tiene por qué ser así. Es posible que disfrutes de la reunión con estos 3 tips:
Cero predisposición
Ir con la idea de que todo saldrá mal, te mirarán feo, harán un comentario fuera de lugar o habrá peleas, es lo peor que puedes hacer porque creer es crear.
Trabaja tu mente y programarla para que todo marche bien.
“Todo será agradable”, “me sentiré cómoda”, “será una noche especial”, “disfrutaré como si estuviera con mi familia”, son frases que puedes repetirte desde ya. No imaginas lo poderosas que son.
Saca a flote la parte más servicial y simpática de ti
No se trata de que seas hipócrita o tengas que aguantar un desplante. Como dicen por ahí: todo debe ser un equilibrio entre cordialidad y distancia.
Saludar, halagar a quien cocinó, ayudar en lo que puedas son sencillos gestos que serán bien vistos y darán pie a todo lo positivo.
Afloja un poco la seriedad e intenta conversar, por lo menos con quienes te sientas más en confianza.
Participa de las actividades que se hagan durante el encuentro. Eso es muy importante, sobre todo para tu pareja, que espera lo mejor de ambas partes. Al fin y al cabo, se trata de sus padres y de su compañera de vida.
Si se presenta algún momento tenso, sé inteligente
Ojalá tuvieras un poder mágico para que nada negativo suceda. Como no es así, en caso de que se dé un episodio de tensión, demuestra tu inteligencia emocional.
La mejor manera de enfrentar esos momentos es guardando silencio, no seguir la corriente a quien busca alterarte. Nada de discusiones.
Puedes cambiar el tema y, si nada mejora, simplemente aléjate.
Solo tú sabes hasta dónde tolerar. Haz tu mayor esfuerzo, pero si todo empeora, lo mejor es irte a tu casa. Excúsate con algún malestar, por ejemplo.
Recuerda que la Navidad es tuya, la alegría, la esperanza y todo lo bonito que viene con ella te pertenece. Nadie debe arruinar este tiempo de compartir.