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Invierte tu tiempo en alguien que esté dispuesto a invertir el suyo en ti

El amor, la amistad y el interés siempre debe ser mutuo

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Vivimos tiempos complicados en los que todos estamos ocupados todo el tiempo, con cientos de pendientes acumulados y una tensión constante. Queremos hacer todo y a la vez nada. Queremos estar rodeados de personas y ala vez de nadie. Queremos que nos quieran y necesiten, pero al mismo tiempo nos aislamos y buscamos ser lo más independientes posible. Nos hemos vuelto egoístas y con ello, conformistas pues nos quedamos con quienes nos ofrecen migajas de amor.

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Habemos pocas personas  que aún con todo lo anterior estamos dispuestas a darlo todo a quienes nos importan; el problema es que se vuelve complicado encontrar a quien nos muestre el mismo interés y cuando crees que lo tienes, es fácil decepcionarse cuando ves que de la nada, se da la media vuelta. Por lo tanto, elige cuidadosamente en quién decides invertir tu tiempo.

No desperdicies energía en alguien que no haga el esfuerzo por mantenerte en su vida. No gastes energía en quien solo quiere recibir pero no se preocupa por dar.

A menudo gastamos energía en las personas equivocadas pues a veces es más fácil permanecer con lo que ya conocemos que atrevernos a voltear hacia algo diferente. Si bien es cierto que debemos dar sin esperar recibir algo a cambio, llega un momento en el que nos damos cuenta de lo agotador que es dar y dar, sin recibir nunca nada. Y es que no se trata de cuestiones materiales sino energéticas y emocionales.

Mereces tanto amor como el que das. Así que deja de aceptar interés «a medias». Concéntrate en quienes están ahí tanto como tú. Invierte tu tiempo en alguien que invierta el suyo en ti.

Las personas que más valen la pena elegirán quedarse, sabrán apreciarte y corresponderte. No te abrumarán con su ausencia o su falta de tiempo. Te valorarán en sus vidas sin expectativas y no importa si están cerca o lejos, siempre elegirán estar a tu lado de una u otra forma.

Estar siempre para quienes no están dispuestos a estar para ti es agotador. Sacrificar tu felicidad y salud para hacer felices a otras personas que «nunca tienen tiempo» para ti, no es un acto de nobleza, es destructivo.

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Por más que hoy en día vivamos bajo un estandarte de independencia, no podemos caer en el egoísmo o en un estado en el que no nos importa en absoluto el otro. Todos tenemos deseos innatos de amor recíproco y buscamos consuelo y calidez en otros que nos alimentarán con su energía. El dinero y lo material del mundo nunca serán suficientes para satisfacer esa necesidad emocional. Necesitamos de la buena energía de otros que nos amen y se conviertan en nuestro soporte.

 

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