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7 cosas que suceden cuando padeces ansiedad social

El tema de la salud mental suele ser malentendido por muchos por eso, cuando padeces ansiedad social pueden creer que eres extraña y no es así

Muy pocas personas entienden la agonía y el trauma que implica padecer ansiedad social. Para algunos, significa timidez y para otros, es ser pesimista o amargada por no querer ir a una fiesta o hacer nuevos amigos.

Sin embargo, un trastorno de ansiedad social va mucho más allá de tener «mala actitud» ante las situaciones sociales.  La mayoría de las personas que la padecen, intentan ocultarlo de otros por miedo a ser blanco de críticas y burlas.

El trastorno de ansiedad social (fobia social) es el tercer problema psicológico más grande. Millones de personas soportan silenciosamente este dolor todos los días, creyendo que no hay esperanza de que mejoren. Si padeces de ella o conoces a alguien que la tenga, identificarás lo siguiente.

Evitas asistir a eventos solo porque crees que te sentirás incómoda.

Bailar salsa suena genial pero te avergüenzas pensando en lo estúpida que te verás haciéndolo, así que mejor cancelas la salida. Aunque estés consiente de que no todos saben bailar, estás segura de que tú eres la peor, que todo te verán y se burlarán de ti. No importa cuanto te interese un plan, al final, eres capaz de desertar por miedo a verte ridícula o que las cosas salgan mal.

Solo te sientes cómoda con ciertas personas

La mayoría de las personas con ansiedad social se sienten cómodas con algunas personas específicas, como un mejor amigo, un padre o un hermano. Interactuar con otras personas puede provocar un aumento grave de la ansiedad. A menudo, piensas en llevar a una persona «segura» contigo a una reunión social o cualquier situación que te haga sentir insegura. Estar acompañada de alguien en quien confías hace que las interacciones sean mucho menos aterradoras.

Tu ansiedad puede dispararse ante diferentes situaciones

Tu ansiedad puede venir del miedo a hablar en público, a demostrar tus habilidades artísticas frente a otros o hasta comer en lugares públicos. A veces incluso el hecho de publicar algo en redes sociales o hablar por teléfono te provoca malestar.

Piensas demasiado en todo lo que dices

Debido a tu terror de conflicto o de ser juzgado negativamente, pensarás absolutamente todo. Una vez que presione enviar en un correo electrónico, lo volverá a leer varias veces y se convencerá de que sonó mal. Si dice algo que alguien más consideraría chatear informalmente con un amigo, se preguntará si sonó estúpido o si se ofendió. Tu cerebro nunca te da tiempo para respirar.

Evitas el contacto visual con las personas

Encontrarte a alguien conocido en la calle es tu peor pesadilla, especialmente si sabes que se detendrá a conversar. Cada vez que hablas con alguien, evitas contacto visual y todo termina siendo muy incómodo.

La gente piensa que eres grosera

Por lo mismo de los puntos anteriores, muchas personas pueden creer que eres grosera, después de todo, nos han enseñado que cuando hables, tienes que hacer contacto visual. Al no poder hablar en público, cancelar planes, encerrarte y responder lo más corto posible a las preguntas para evitar hacer conversaciones incómodas, simplemente es malinterpretado por otros. Eso por supuesto te hace sentir peor pues no es tu intención.

Las personas también piensan que eres mal amiga o extraña

Ser callada en el salón de clases, evitar interactuar demasiado o estar aislada en reuniones con amigos, hace que parezcas extraña para muchos. A menudo estás en silencio, evitas el contacto visual, pasas una gran cantidad de tiempo con los auriculares puestos para evitar la interacción y, de nuevo, algunas personas piensan que eres grosera o mala persona. Tus amigos incluso han llegado a pensar que no te interesan pero no es así.

 

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