Los científicos han explorado muchos factores que podrían afectar el riesgo de desarrollar cáncer de mama, incluida la genética, el control hormonal de la natalidad e incluso la edad en que las personas tienen su primer hijo.
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Sin embargo, un factor que comúnmente se malinterpreta es la influencia de la soya en tu dieta. Se ha demostrado que los productos de soya, como la leche de soya, el tofu, el miso y el tempeh, tienen una influencia potencialmente protectora que reduce el riesgo de cáncer de seno. Los expertos dicen que, sin embargo, no es tan simple como eso, y que cuando se trata de personas que han sido diagnosticadas con cáncer de seno, la soya en realidad puede resultar dañina.
Varios estudios, incluido uno publicado en 2015 y otro en 2019, encontraron que las mujeres japonesas que consumieron mayores cantidades de sopa de miso e isoflavonas, un compuesto que se encuentra en los alimentos de soya, parecían experimentar un menor riesgo de cáncer de seno. Un estudio realizado en 2017 también encontró que los niveles dietéticos de isoflavonas parecían reducir las muertes en mujeres que habían sobrevivido al cáncer de mama. Sin embargo, comprender ese vínculo es un desafío.
«Sigue siendo un misterio por qué algunas personas contraen cáncer y otras no, incluso si parecen tener factores de riesgo similares o tienen comportamientos protectores y estilos de vida similares», dijo la doctora Leena Hilakivi-Clarke, profesora de oncología en Georgetown. La Facultad de Medicina de la Universidad ha publicado una investigación reciente sobre el cáncer de mama y de soja. «El mismo compuesto puede tener efectos opuestos sobre el riesgo de cáncer dependiendo de cuándo ocurra la exposición».