El mundo está viviendo una crisis ambiental sin precedentes que amenaza con acabar con las diferentes especies que lo habitan. La Organización Mundial de la Salud considera el cambio climático como «la mayor amenaza para la salud mundial en el siglo XXI».
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La Asociación Médica Australiana (AMA, por sus siglas en inglés) recientemente declaró que esta crisis ha sumado una gran lista de padecimientos en las personas. Pero además de hablar sobre enfermedades respiratorias, diferentes tipos de cáncer y demás problemas físicos, se habla de una importante afección de la salud mental.
Y es que al parecer, algunas personas están realmente en pánico, abrumados por la magnitud del problema. Esto ha llevado al fenómeno de «eco-ansiedad», descrito por Psychology Today como «un trastorno psicológico reciente que afecta a un número cada vez mayor de personas que se preocupan por la crisis ambiental».
Los trastornos de ansiedad generalmente varían en gravedad y aunque aún no hay estadísticas disponibles sobre la prevalencia de la ansiedad ecológica, expertos han notado un aumento en la ansiedad pública en torno al cambio climático. Psicólogos del College of Wooster, Ohio, declararon en 2017 que «una proporción significativa de personas está experimentando estrés y preocupación por los posibles impactos del cambio climático, y que el nivel de preocupación casi seguramente está aumentando».
La eco-ansiedad se describe como un estrés causada por observar cómo el impactos del cambio climático,. Hay una preocupación por el futuro para uno mismo, los niños y las generaciones posteriores».
Algunas personas se ven profundamente afectadas por sentimientos de pérdida, impotencia y frustración debido a su incapacidad de sentir que están haciendo una diferencia para detener el cambio climático.
En los últimos años, ha surgido una rama de la psicología, llamada ecopsicología, dedicada por completo al estudio de la angustia generada por el medio ambiente. Ésta se encarga de investigar cómo la educación y los antecedentes de un individuo contribuyen a su relación con el medio ambiente. También analiza la huella de carbono de la persona y cómo está trabajando para ayudar al medio ambiente y ofrece sugerencias sobre cómo reducir la ansiedad ecológica.