¿Hay un solo amor de tu vida?
Nos han vendido la idea de un amor eterno, un amor de la vida, la media naranja. Hemos romantizado tanto la idea que no nos damos cuenta del peligro que hay en esta forma de pensar.
No estamos incompletos para buscar a una persona que nos arregle. Este tipo de pensamientos terminan casi siempre en una relación tóxica. Queremos una pareja que venga a componernos, a arreglar problemas que solamente nosotros podemos solucionar.
Hay etapas en nuestras vidas, y en ellas podemos tener grandes amores. Esto no significa que jamás encontraremos una conexión igual o que no podremos amar así de fuerte en algún otro punto (aunque a veces así lo parezca).
Los corazones rotos abundan, y eso no nos limitan en lo absoluto para amar en otro punto de nuestras vidas. No sigamos comprando esa idea que solamente alarga nuestro sufrimiento.
¿Qué sigue después de un corazón roto? Simplemente, sigue la vida… sigue seguir luchando, seguir reparando las heridas, y seguir buscando personas que nos aportan aprendizajes.
Pueden ser a través de amigos, familia, o más parejas. El amor viene en muchas presentaciones, y no todas es en una historia de Hollywood eterna, en ese hilo rojo que siempre nos persigue.
