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Señales de depresión disfrazada de mal genio

La llamada distimia o trastorno depresivo persistente, a pesar de ser una enfermedad bastante frecuente e incapacitante, es por lo general poco buscada.

¿Sueles contrariarte por pequeñeces?, ¿tiendes a mantener un estado de ánimo irritable o deprimido?, ¿tienes dificultad para encontrar los aspectos positivos de la vida?. Esto, probablemente, te haya generado rechazo por parte de los otros y lo más probable es que padezcas de distimia: un trastorno depresivo relacionado con el estado del ánimo y bastante frecuente.

La distimia se conoce como un trastorno del estado de ánimo de larga duración caracterizado por una disforia fluctuante que puede estar marcada por breves períodos de estado de ánimo normal.

Corresponde a uno de los trastornos depresivos incluidos en el Manual de diagnóstico y estadística de los trastornos mentales (DSM-5) y aparece junto al trastorno disruptivo de la regulación afectiva, trastorno depresivo mayor, trastorno disfórico premenstrual, trastorno depresivo inducido por medicamentos y sustancias, trastorno depresivo debido a otra condición médica, y otros trastornos depresivos.

La llamada distimia o trastorno depresivo persistente, a pesar de ser una enfermedad bastante frecuente e incapacitante, es por lo general poco buscada, diagnosticada y tratada. Quienes la padecen, viven la vida en tonos grises y apagados y se ven muy limitados en su calidad de vida y en el desarrollo de sus proyectos de vida.

Te presentamos sus síntomas más característicos:

– Los pacientes con esta enfermedad se quejan de que sus síntomas interfieren de manera importante con sus actividades sociales y su funcionamiento en el trabajo, la escuela y su núcleo familiar.

– Tiene un curso crónico: El estado de ánimo depresivo, o llamado por muchos “mal humor” o “mal genio”, está presente de forma continua en un periodo de tiempo de por lo menos dos años, sin periodos asintomáticos mayores de dos meses.

– Cuando se trata de niños y adolescentes, basta con un año de humor deprimido o irritable para hacer el diagnóstico. Cuando la distimia se inicia en la infancia, puede progresar hacia la adultez, de manera que el paciente desarrolla una visión muy pesimista del mundo.

– Estos pacientes suelen invertir su energía en el trabajo y les queda muy poca para dedicar a actividades de ocio, familia y actividades sociales, lo que empeora su calidad de vida.

– Presentan síntomas de tristeza o irritabilidad que por lo general son observados por las personas que viven cerca de la persona con distimia, y en algunos casos por el mismo paciente.

– Las personas con el trastorno depresivo persistente o distimia presentan al menos dos de las siguientes manifestaciones: Alteración del apetito (disminución o incremento), alteraciones del sueño (insomnio o hipersomnia), sensación de cansancio, fatiga o pérdida de energía, pobre autoestima, problemas para mantener la concentración, ideas de desesperanza (visión negativa de la realidad en diversos aspectos).

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