En el campo de las vitaminas, siempre escuchamos lo importante que es la vitamina C, la vitamina D, o el complejo B. Pero una poco conocida es la vitamina K y resulta que es esencial para mantener la buena salud de tus huesos y una correcta coagulación de la sangre.
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“El cuerpo necesita vitamina K para producir protrombina, una proteína y factor de coagulación que es importante en la coagulación de la sangre y el metabolismo óseo”, explicó al respecto el portal Medical News Today.
La deficiencia es rara, pero, en casos severos, puede aumentar el tiempo de coagulación y provocar hemorragia y sangrado excesivo.
Beneficios de la vitamina K
Este nutriente apoya el mantenimiento de huesos fuertes, mejora la densidad ósea y disminuye el riesgo de fracturas.
Así mismo, el aumento de los niveles sanguíneos de vitamina K se ha relacionado con una mejor memoria episódica en adultos mayores. Esta vitamina también puede ayudar a mantener baja la presión arterial al prevenir la mineralización, donde los minerales se acumulan en las arterias. Esto permite que el corazón bombee sangre libremente a través del cuerpo.
Alimentos ricos en vitamina K

Podemos encontrarla en las verduras de hoja verde, como la col rizada y las acelgas. Otras fuentes incluyen aceites vegetales y algunas frutas.
También en alimentos que incluyen carne, productos lácteos, huevos y «natto» japonés, hecho de frijoles de soya fermentados.
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Más fuentes de vitamina K son:
10 ramitas de perejil contienen 90 microgramos (mcg)
Una porción de media taza de col rizada congelada y hervida contiene 530 mcg
Una taza de espinacas crudas contiene 145 mcg
1 cucharada de aceite de soja contiene 25 mcg
Una porción de media taza de uvas contiene 11 mcg
Un huevo duro contiene 4 mcg