Terminar con una persona es complicado. Muchos creen que en tres días ya tienes que estar sonriendo, bailando con otros, y disfrutando de la vida como si nada hubiese pasado.
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Aunque muchas veces tienes razones de sobra para olvidarle por todo el daño que pudo ocasionarte, no es un botón que puedas controlar. No es un interruptor para apagar y prender tus sentimientos.

La ansiedad que sientes después de una ruptura es normal, y tienes que aprender a tener paciencia. Esa persona con la que elegiste estar por determinado tiempo tuvo impacto en tu vida, y es algo que no puedes cambiar.
Hay una dependencia, una rutina, muchas expectativas, y un amor que no puedes apagar. Por eso, lo primero que debes hacer es respirar profundamente…¿lo peor? esto es durante meses.

Mientras que tu corazón está roto, y los pedazos parecen inservibles la vida no deja de girar. Por supuesto, esto termina generando muchísima ansiedad.
Lo mejor que puedes hacer es continuar con tu vida, pero no dejar de trabajar en aquello que te duele. Porque no hay corazón demasiado roto que no pueda componerse.

No puedes enterrar tus sentimientos porque eso te dejará con una ansiedad aún mayor. Psicólogo, amigos, nuevas pasiones por las que vivir, y mucha paciencia es la única solución para llevar una vida sana.