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El secreto para comer pan dulce sin engordar

¿Será posible darte tus gustos dulces sin engordar?

Dime si te sientes identificada con esta situación: vas a un café y lo primero que ves antes del menú de bebidas, es la barra de panecillos dulces. Tratas de esquivar la mirada, pero ese brownie de chocolate con chispas se ve tan tentador. Sigues con tu objetivo de pedir tu Americano cargado del día pero al final, te rindes y pides el brownie. Por supuesto, la culpa de corroe en cada bocado y piensas «ahora tendré que hacer el doble de esfuerzo en el gimnasio».

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Al parecer, las mujeres vivimos con la idea de que deberíamos sentirnos culpables por comer pasteles o panecillos dulces porque en efecto, son carbohidratos difíciles de procesar. Por ello, muchas dietas promueven eliminarlos para evitar los kilos extra pero lo que muchos no saben es que ellos juegan un papel importante en la salud y eso incluye mantener un peso saludable.

Los carbohidratos son necesarios en la vida para el buen funcionamiento del cuerpo: pueden ayudar a impulsar actividades como levantar pesas o correr, y también se usan para alimentar tu cerebro, corazón y pulmones. Tu cuerpo prefiere los carbohidratos tanto que si los eliminas de tu dieta, tu cuerpo convierte otras fuentes de alimentos (como grasas o proteínas) en carbohidratos y azúcares simples, causando un desequilibrio. ¿Entonces qué hacer?

El secreto está en el tipo y la cantidad que se debe ingerir. El consumo de carbohidratos no es lo que te sube de peso, sino el exceso de calorías que se ingieren por ello, no es el fin del mundo si de pronto se te antoja una dona glaseada o una galleta de chocolate.

La cantidad de «antojos» que puedas permitirte sin atentar contra tu cuerpo, dependerá de tu edad, estatura y tus hábitos alimenticios; también dependerá de cuánto ejercicio realices al día. Puedes saber todo esto, asistiéndote de un experto en salud.

La hora en que los consumes también es importante. Evita comer esa rebanada de pastel de leche con cubierta cremosa por la noche (aunque como dicen, «una vez al año no hace daño»). La mejor hora para ingerir harinas y carbohidratos es por la mañana y a medio día, de modo que le das oportunidad a tu cuerpo de trabajar durante el día.

Recuerda que el tiempo es muy importante. Desayuna a primera hora por la mañana y trata de no saltar ninguna comida, esto ayuda a controlar tu peso y no engordar. Lo ideal es que no consumas alimentos pesados después de las 8 pm o antes de dormir, aunque si haces ejercicio intenso, necesitarás carbohidratos.

Otros consejos para consumir ese antojo dulce sin culpa:

Elige postres más sanos

Un pastel de chocolate y un sorbete de fruta son postres deliciosos, la diferencia está en cuál es mucho más saludable y contiene menos calorías. Si realmente deseas tomar un postre más de una vez a la semana, elige opciones más nutritivas. Evita aquellas tentaciones que son altas en azúcar y grasa y busca frutas en diferentes preparaciones que no incluyan tantos aditivos.

Disminuye las porciones 

Pide una porción pequeña en vez de una completa, así tendrás más oportunidad de pedir el que deseas en vez de limitarte a algo que no quieres solo porque «es más sano». No te quedes con las ganas, recuerda que lo importante es la porción.

Comparte el postre

La mejor manera de controlar tus porciones es pedir un postre para varias personas en la mesa. Si no quiere compartir, llévate la mitad del postre a casa y cómelo al día siguiente (vamos, sí puedes soportar la tentación).

 

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