Una mujer australiana, madre de tres hijos, demostró que sí es posible bajar de peso sin someterse a estrictos regímenes alimenticios. Keely Dellit ha demostrado a través de su cuenta de Instagram cómo logró bajar 57 kilogramos tan solo cambiando algunos hábitos.
Luego de convertirse en madre Keely empezó a subir de peso de forma descontrolada, sin darse cuenta la obesidad inundó su vida entera y se sumergió en una profunda depresión.
“Dejé de pesarme en mi último embarazo porque simplemente no quería saber más”, escribió en la versión australiana de la revista Women´s Health.
La mujer ahora es entrenadora física
Un día finalmente se atrevió a pesarse y el número que vio la hizo sentir mucho peor: 126 kilogramos, nunca antes había llegado a pesar tanto y fue entonces cuando reflexionó sobre su vida y sus hijos.
“Al principio no eliminé toda la comida rápida y las golosinas que me gustaban. Empecé por elegir porciones más pequeñas. Luego, gradualmente, hice sustituciones saludables. Por ejemplo, pollo a la parrilla, en lugar de frito”, reveló.
“Una vez que me acostumbré a eso, cambié el refresco por jugo rebajado, luego el jugo por agua. Empecé a cocinar arroz integral en vez de arroz blanco, probé leches con base en plantas en vez de lácteos enteros. Me acostumbré a preparar mi propia comida, en lugar de comprar para llevar. Esos pequeños cambios me permitieron modificar lentamente mi estilo de vida”, explica la mujer que ahora muestra abiertamente su cambio físico en Instagram.
“Al perder peso también encontré mi pasión: la salid. Convertirme en entrenadora me ha ayudado a compartir lo que he aprendido. El truco para perder peso es a largo plazo, hay que empezar despacio y concentrarse en los pequeños éxitos. Quiero compartir esa información”, destacó.
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