Salir de una relación tóxica no es nada fácil y cuando lo logras, te das cuenta de que la parte más difícil después de una ruptura es despertar cada mañana confundida acerca de lo que estás sintiendo. Por un lado, sientes el alivio de no estar más ahí y por otro, te sientes perdida, herida o vacía…o todo a la vez.
PUBLICIDAD
Es un momento en el que no puedes conciliar el sueño ya que cada vez que cierras los ojos, aparecen imágenes de lo que fue la relación y te cuestionas sobre lo que ocurrió y lo que «hubiera pasado sí…». Pero es claro, cuando una relación es tóxica, estás enamorada únicamente de la idea de estar con alguien, o mejor dicho, de no estar sola.
Constantemente estamos buscando comodidad, estabilidad y refugio. Queremos a alguien que nos de amor para dárselo de vuelta. Pero aunque en nuestra cabeza haya cosas maravillosas, a veces nos quedamos atrapados en un laberinto de confusión y angustia.
Caemos en relaciones que no nos hacen crecen, con personas que no nos convienen en absoluto porque lo único que hacen es aplastarnos. El problema es que aún cuando seguramente te das cuenta de que no es algo bueno para ti, sigues y si sales, regresas. ¿Por qué?
Muchos desisten de cortar con su pareja para que no se sientan mal. Por más que hayan cosas negativas de por medio, si la otra persona estaba realmente interesada en continuar, así ocurría. De hecho, el que estaba insatisfecho ve ese detalle y da una nueva oportunidad para seguir adelante.
Hay muchas razones para romper con alguien. Tal vez fuiste tú quien inició la separación, tal vez fue él, tal vez fue mutuo, pero rompiste. ¿En cuál de nuestras cadenas de corazones nos está reinando e intentando enviarnos de vuelta a una relación que no estaba funcionando? ¿Soledad? ¿Amor? ¿Culpa?
Cuando te separas de esa pareja tóxica, te das cuenta de cuánto extrañas el calor de su cuerpo o las llamadas diarias.L así que a la primera oportunidad que se presenta buscas regresar. La soledad es uno de los mayores impulsores de volver a un romance amargo.
PUBLICIDAD
Tu mente te traiciona en las noches cuando estás recostada en tu cama y sientes ese dolor crudo en tu pecho. Pero debes saber que la idea de que él se mueva en tu mente significa que lo que compartan, ya no existe en su mundo. Piensas cuando empezaste a salir y se miraban a los ojos y la sensación del corazón rebotando en tu pecho. Te preguntas si su corazón todavía hace eso por ti. Te preguntas si alguna vez harás saltar el corazón de otra persona. Te preguntas si alguien más hará que tu corazón salte.
Somos criaturas de hábito, buscamos lo que ya conocemos y nos refugiamos en ello. Regresamos a estas personas porque es muy fácil. Saben todo sobre ti y no tienes que explicar algunas cosas porque ya lo saben. A pesar de los malos recuerdos, hay muchos buenos también: las veces que lloraste por reírte tan fuerte, las fechas increíbles, las veces en que compartiste los rincones más profundos y oscuros de tu corazón.
Debes entender que a veces, dos personas simplemente no trabajan bien juntos. No importa cuánto te preocupes por alguien, cuánto lo amas, a veces simplemente no está destinado a ser. Sí, eso duele. Sí, eso apesta darse cuenta. Pero honestamente, esa es la vida. Pero no puedes quedarte en donde te lastima, en donde te restan lo que de verdad vales.