El pollo frito es una delicia. Tostado, crujiente, con salsa picante o sin ella, mujeres y hombres caen rendidos ante este platillo.
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Pero un reciente estudio afirma que el pollo frito incrementa el riesgo de muerte por cualquier causa, sobre todo en las mujeres.
Así lo afirma el resultado de una investigación publicada en la revista médica BMJ. Para el análisis, fueron examinados los hábitos alimenticios de 107 mil mujeres entre 50 y 79 años en Estados Unidos, durante el periodo 1993-1998.
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Quienes comieron una o más veces al día una ración de pollo frito o pescado frito, tenían 13% más riesgo de morir que las que no comieron pollo frito.
“Varios estudios de cohortes en poblaciones de Estados Unidos mostraron que un mayor consumo de alimentos fritos se asoció con un aumento de riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, las cuales están entre las principales causas de muerte” puede leerse en el documento del estudio.
“Sabemos que el consumo de alimentos fritos es algo muy común en Estados Unidos y todo el mundo. Desafortunadamente, sabemos muy poco sobre el efecto a largo plazo del consumo de alimentos fritos”, agregó Wei Bao, profesor asistente de Epidemiología en la Universidad de Iowa, uno de los autores de la investigación.
Los especialistas afirmaron que si las personas fríen los alimentos en casa puede que sean menos dañinos que en los restaurantes de comida rápida, porque allí tienden a reutilizar el aceite, por lo que la comida absorbe más sustancias dañinas al freírlas.
“Hemos identificado un factor de riesgo de mortalidad cardiovascular, que es fácilmente modificable por el estilo de vida y lo que cocinamos. Reducir el consumo de alimentos fritos como pollo y pescado / mariscos fritos, podría tener un efecto significativo en todo el espectro de la salud pública”, agregaron los investigadores.