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Ecuatoriana confiesa su infidelidad: “No crean que es solo por el sexo”

Alejandra cuenta la situación que está viviendo mientras se enamora de un hombre que no es su esposo.

Alejandra R. (nombre protegido) lleva cinco años de casada con Jorge Luis (nombre protegido). Ella dice estar pasando por una crisis en su matrimonio por lo que confiesa que se está enamorando de uno de sus amigos del gimnasio al que va, su nombre es Roberto (nombre protegido)

Alejandra dice abiertamente que es infiel y que de pronto su esposo sospecha porque se conocen tanto que él puede sentir la frialdad y momentos de indiferencia que hay cuando están bajo las cobijas.

“Creo que todo se hizo monótono y rutinario. Perdimos esa magia que teníamos cuando éramos novios y ahora solo nos vemos después del trabajo. Él revisa su celular y yo el mío mientras estamos preparando la comida o viendo la televisión. En realidad no me interesa ni revisar con quien se escribe, a veces hasta me pongo a pensar por qué seguimos juntos. No se si él está haciendo lo mismo que yo o hay una suerte de esperanza que esto mejore. Mi temor es que yo me enamore de ‘Robi’, con quien inicié una relación mientras entrenamos juntos en el gimnasio, hace 8 meses”, cuenta.

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Según los libros tate of Affairs: Rethinking Infidelity, de la psicoterapeuta belga, Esther Perel y The Secret Life of the Cheating Wife: Power, Pragmatism and Pleasure in Women’s Infidelity, la tasa de féminas que han engañado a sus maridos ha aumentado un 40%, mientras que la de los varones parece mantenerse al mismo nivel.

La socióloga estadounidense Alicia Walker revela que tras hablar con 40 mujeres que habían engañado a sus parejas, ha llegado a la conclusión de que la mayoría de ellas lo hace por razones meramente sexuales.

“Casi todas mis entrevistadas provenían de matrimonios sin sexo o de relaciones sexuales pobres, sin orgasmos”, comenta Walker. “En otras palabras, no obtenían la frecuencia ni la calidad sexual que deseaban”, dice Walker

Pero en el caso de Alejandra, ella dice que luego del sexo con su amante hay otros factores que la engancharon. “No es algo netamente sexual. Es algo puertas adentro y su departamento fue nuestro nido, donde aprendí a valorar otras cosas. Conversamos desnudos de varios temas chistosos y serios, me cocina y hasta me cura de mis gripes con atenciones de todo tipo. Eso eso fue un cúmulo de motivos que me están enganchando a él. Cuando vuelvo a casa mi marido siento que sospecha, pero no me dice nada. No se si alista un plan para perseguirme o esté en la misma onda”, relata Alejandra.

Según Rodolfo Rodríguez, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Sexología y Educación Sexual (Sesex), la infidelidad en la pareja se caracteriza y se da usualmente por la carencia de ciertas necesidades, mismas que van ligadas a la parte afectiva y que, obviamente, derivan a la parte sexual.

“Hombre y mujer pueden ser infieles, sin embargo hay diferencias ya que evidentemente la mujer es infiel a un nivel muy diferente al del hombre. Por lo general es por carencia en el aspecto emocional y sexual. Toda relación depende de dos, por lo tanto la infidelidad no es originada exclusivamente por uno sino por ambos, en la pareja y esto tiene como consecuencia en la falta de comunicación. Esto desencadena una serie de conflictos que a la larga motivan o incitan a la persona a poder ser proclive a una infidelidad”, acota Rodríguez.

Alejandra dice que el sexo con Roberto fue importante para convertirlo en un círculo vicioso porque la complace como no lo había hecho su esposo desde el segundo año de matrimonio. “Robi me pregunta qué es lo que quiero hacer en la cama para lograr llegar al orgasmo y eso me fascina porque siento que se preocupa por mi. Además, hace lo que se me antoja porque lo disfrutamos juntos”, dice.

¿Puede una mujer enamorarse por el sexo?

Rodríguez explica que sí, aunque el acto sexual como tal puede enganchar, vincular o aferrar tanto al hombre como a la mujer. «La diferencia por lo general se manifiesta en que en la entrega pasional, ellas se entregan con alma, corazón y muchas emociones»

Rodríguez, además, analiza el comportamiento del hombre. A su parecer, ellos suelen ser más viscerales, más superficiales en ciertos casos. Entonces, cuando la mujer percibe que es deseada, estimulada de manera eficiente y se siente satisfecha sexualmente existe una fuerte posibilidad de un vínculo afectivo.

Rodríguez también habla del enamoramiento. Para él puede presentarse, como puede que no, porque depende de otros factores de la psiquis de la mujer ya que pueden haber aquellas que solo buscan satisfacer una necesidad biológica y hasta ahí quedó. No sucede lo mismo con las mujeres que se enamoran y buscan algo formal.

Lo curioso es que en 8 meses a Alejandra no le ha encontrado infraganti su esposo Jorge Luis.

“Le cambié el nombre a Roberto en mi celular y bloqueo el Whatsapp en las noches. Robi sabe que soy casada, pero tampoco me topa el tema. Cuando me llama Jorge, él solo escucha y nada más, ni siquiera me recrimina”, confiesa Alejandra.

“Cabe destacar que la mujer es mucho más detallista, minuciosa e inteligente cuando comete infidelidad debido a que le pone mucho énfasis en los detalles. Es decir, una mujer para ser infiel ha pasado por un proceso agotador de carencias en su pareja que la llevan a cometer este tipo de situación con mucha cautela.

La infidelidad basada en el sexo no es algo nuevo. El sexologo Rodríguez dice que esos hechos no son aislados y hay pasado siempre. Sin embargo, en esta época con la revolución de la parte mediática y la postura que han adoptado las mujeres en la sociedad como seres independientes en el mercado laboral y dentro del hogar hacen que al estar más expuestas encuentren oportunidades y espacios para hacerse notar, admirar y desear por otra persona que no sea su pareja.

Rodríguez explica que cuando sucede la infidelidad la mujer genera un vínculo sexual y emocional. En esas sensaciones aparece un ‘agente’: la tecnología. Es decir, experimenta lo anteriormente descrito ya sea por vía digital y le facilita obtener placer sexual con solo llamar o escribir a un contacto.

Rodríguez compara el comportamiento con las líneas calientes. «Recordemos las líneas calientes que fueron las primeras en visibilizarse y pensábamos que solo los varones accedían a eso, pero la realidad es que ellas también lo hacen y se vuelve algo muy erótico porque se compagina con las fantasías que tienen tanto hombres y mujeres en la cama”,

Alejandra se cuestiona una y otra vez cómo inició esta situación de infidelidad y cómo va a terminar. Hay veces que no puede dormir porque piensa en si podría dejar a su esposo por su amante, pero también piensa en que Roberto no querrá verla como algo serio si es testigo de lo que hace a las espaldas de a quien ella le juró amor eterno.

Y esa apreciación no está alejada de cómo lo tomaría un hombre que ha sido infiel y también amante de una mujer que traiciona a su pareja. Luis C. (Nombre protegido), de 35 años, recuerda el día en que vio a su novia, con la que iba a casarse, afuera de un bar besándose con uno de sus mejores amigos.

«Ese bar era mío y ella lo administraba. Yo contraté a mi mejor amigo por la confianza que le tenía para que se encargue de la contabilidad pero no me imaginé que se acostaba con la que iba a ser mi esposa. Cerré el bar, cancelé la boda y me fui del país dos años a estudiar», cuenta Luis.

A su regreso conoció a una chica en Tinder. Ella salía con él pero le confesó que estaba divorciándose y Luis aceptó seguir con la relación porque ya habían transcurrido tres meses y sus emociones se inclinaban a favor de ella. Nunca se divorció y un día el esposo traicionado les encontró fuera de un restaurante, al norte de Quito. Los encaró y puso punto final al matrimonio.

Sin embargo, Luis no confiaba en ella y tampoco se quedó en esa relación. Ahora está casado con la que fue su novia después de ese capítulo y tiene dos hijos. Afirma que tiene miedo de pasar por una situación como esa con su esposa.

«No toleraría que ella me traicione. Solo de pensarlo siento que me moriría pero creo que por el amor a mis hijos si le perdono, es lo que se me viene a la mente por ahora», detalla Luis.

La recomendación de la sexóloga Claudia Abad es recurrir a la herramienta principal de toda pareja y situación: la comunicación.

“Como mujeres jamás pensamos en desconectarnos de la rutina y experimentar con nuevas parejas sexuales. Esto es algo mucho más profundo, no hay que tomarlo así a la ligera porque la situación puede ser diversa en cada caso como he visto en mis pacientes. Hay muchos factores que hacen que la mujer sea infiel a su pareja, no precisamente por las carencias sexuales. Sin embargo, si una mujer está insatisfecha debe ver alternativas como visitar un terapeuta que ayude a sanar la problemática”.

Con esto coincide Rodríguez y analiza que enfrentar la infidelidad es algo impactante y negativo, pero hay que saber que puede tener solución. Rodríguez, como especialista, ve al evento como un detalle para superar esa crisis. Es decir, se puede sobrellevar si ambos -tanto el afectado como el que cometió la infidelidad- están dispuestos a seguir juntos.

Cuando la mujer ‘pone los cachos’, las represalias hacia ella son demasiado fuertes ya que la sociedad machista es la que la ataca. Sin embargo, cuando el hombre lo realiza no hay el mismo impacto. «Es más, cuando el hombre comete infidelidad las mujeres están más presionadas a perdonar bajo los discursos de mantener el hogar y la familia», argumenta Rodríguez.

Pero la médico-sexóloga, Nuria Vanegas, no ‘sataniza’ a las mujeres por ser infieles y explica basado en el aspecto científico y genético de por qué traicionamos y atribuye a que es cuando bajan los niveles de oxitocina en nuestro cuerpo.

«Esta hormona se produce cuando hay orgasmos y a medida que pasa el tiempo y disminuyen las relaciones sexuales, también bajan los valores de oxitocina. El cerebro es muy sabio. Como cuando comes mariscos para completar tus niveles de yodo o algo rico en sodio es porque tu cuerpo te pide y se muestra en las ganas de ingerir ciertos alimentos con ansia», argumenta Vanegas.

También detalla que es así como actúa el cerebro, a través de impulsos, para lograr establecer valores normales y equilibradas de las sustancias que mantienen una vida funcional.

Cuando bajan los niveles de oxitocina, fuente primaria que depende de la pareja y no le provee a la mujer adecuadamente es cuando el cerebro de ella le ordena encontrar esta hormona en otra fuente, a través de los orgasmos. «Es por esto que se busca otras personas, otras relaciones que provean los niveles de oxitocina», acota la sexóloga.

Pero además manifiesta que existen muchos factores transgeneracionales en la historia que tratan acerca de mujeres con varias relaciones o mujeres infieles como abuelas, tátara-abuelas, etc. En este sentido, las nuevas generaciones repiten este patrón desde la parte conductual. Todo eso tiene que ver con los antecedente del árbol genealógico de la persona.

Concluye al decir que cualquiera de estos preceptos, o todos juntos, son característicos de una situación de infidelidad. «Incluso por la libertad que ha experimentado la mujer en las últimas décadas y se muestra como una mujer que ya no se encierra para cuidar hijos se hace proclive este incremento en la posibilidad de tener relaciones extramaritales«, expone.

Alejandra dice que felizmente no tiene hijos de por medio, y será más fácil si se pone un punto final a su matrimonio porque a su parecer no sabe cuánto más podrá sostener su infidelidad.

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