Llega Diciembre y con ella, muchas emociones juntas que en ocasiones puede llegar a desequilibrar nuestro estado de animo. ¿Te suena familiar?.
La depresión navideña, también conocida como ‘Trastorno Afectivo Estacional’ o winter blues en inglés, es una enfermedad que se caracteriza por experimentar cambios de humor constantes durante el otoño e invierno.
En general, la tristeza y ansiedad son los estados de ánimo más recurrentes.
Otros síntomas son los antojos incontrolables de carbohidratos y, por consecuencia, el tan temido aumento de peso.
¿Y por qué en Navidad?
Cuesta entender cómo es que durante una de las fechas más alegres del año, puedan haber personas que se depriman.
De acuerdo a los especialistas, la causa más común es la disminución de luz solar al final e inicio de año.
¡Y presta atención a esto!, pues según The Guardian, 80% de los pacientes con winter blues son mujeres.
por su parte, los países en donde es más probable padecer este tipo de depresión son los más cercanos a los polos: Canadá, Dinamarca y Suecia.
De acuerdo a científicos, las causas son prehistóricas. Durante las grandes nevadas, nuestros ancestros guardaban energía para sobrevivir a climas extremos, algo que sin duda no ocurre hoy.
La culpa es de la melatonina
En diciembre, por ser los días más cortos y más oscuros, la melatonina, una hormona que controla nuestro ciclo de sueño-vigilia, es producida en momentos incorrectos del día.
Cuando una persona sufre por tristeza o un repentino bajón emocional, su ciclo del sueño se retrasa sin control. Se podría decir que tu reloj biológico te exige ‘hibernar’.
Existe una segunda causa. Según estudios, la serotonina regula la ansiedad, la felicidad y, en general, el estado de ánimo.
Este neurotransmisor es producido cuando la luz solar es captada por la retina. Durante el invierno, la reducción de iluminación, principalmente azul, ocasiona que los niveles de serotonina disminuyan y sea más probable un episodio depresivo.
De acuerdo a la American Psychiatric Association, es un padecimiento que se puede presentar en 1 o 2 de cada 100 personas. Se diagnostica si la persona la padece durante dos años consecutivos y los efectos desaparezcan durante la primavera.
¿Y entonces, qué hacer?
Lamentablemente, no existen terapias alternativas para el winter blues.
El tratamiento médico más aprobado consiste en sesiones de luz brillante, lo que estimula los neurotransmisores del cerebro.
Esto debe estar regulado por un médico, ya que implica filtros específicos de luz ultravioleta para cada caso. Si se trata de una depresión severa, tu médico lo podría combinar con medicamento antidepresivo.