El Virus del Papiloma Humano (VPH) causa cáncer de cuello uterino, siendo este el cuarto tipo más común que sufren las mujeres en el mundo. Su incidencia es alta en nuestra región, según la Organización Mundial de la Salud. De allí el interés de los científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México para desarrollar una nueva vacuna “más eficiente” para evitar más muertes.
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Un comunicado del IPN destaca la importancia de esta investigación, encabezada por Juan Sebastián Herrera Noreña, de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (Upibi), que ofrece una nueva alternativa a las dos vacunas que ya existen en el mercado, pero que solo “son eficaces cuando se administran antes de que una persona tenga actividad sexual”.
Desarrollan en la @ipn_upibi nueva vacuna contra el #VPH. La finalidad de la investigación es generar una nueva solución, porque las vacunas actuales utilizan moléculas adyuvantes que ocasionan efectos secundarios. https://t.co/MAXKPcqOeh pic.twitter.com/kEG13Zrfd1
— IPN (@IPN_MX) October 1, 2018
La diferencia entre las ya existentes y la que desarrollan en el IPN está en sus componentes. Las actuales “utilizan moléculas llamadas adyuvantes que ocasionan alteraciones secundarias, ya que contienen componentes a los que el cuerpo reacciona negativamente”.
Avance gigantesco
“La terapia de anticuerpos recombinantes reconoce al patógeno o al virus y se une a éste y comienza una cascada de reacciones para que el cuerpo genere una memoria como lo hacen las vacunas convencionales. La ventaja es que se usan moléculas que produce nuestro sistema”, explica Herrera Noreña.
Están esperanzados en dar un golpe en la mesa en la lucha contra el cáncer de cuello uterino, a raíz del trabajo que desarrolla el laboratorio en biología molecular clásica, que permitirá también “la disminución drástica de los cánceres de vulva, vagina, ano y pene”.
¿Pero cómo la harán? Herrera Noreña explica que “producimos y utilizamos estos anticuerpos en células de mamífero de un modelo celular denominado CHO (Chinese Hamster Ovary), que se encarga de producir el anticuerpo, que al tener un origen molecular humano no tiene ninguna reacción desfavorable para el cuerpo”.
Revolución científica
El IPN no ha dudado en calificar esta investigación como revolucionario, donde se “utilizan técnicas como la inmunoprecipitación y el wester blot para saber si el anticuerpo funciona como vacuna o método de diagnóstico”. Con estas herramientas se detectan y purifican proteínas, “se obtienen de las células donde se producen y se pasan por un gel”, para elaborar un anticuerpo que reconoce esta proteína.
El investigador aclara que “no trabajamos directamente con el VPH, pero sí con las proteínas que lo producen. Esas se pueden conseguir o producir de forma in vitro y no son patógenas. Son proteínas que podemos trabajar fácilmente y validarlas”.
Estima que el rendimiento de esta vacuna sea mayor a otras. Hasta ahora tiene un índice de éxito aceptable de entre el 60% y el 70%, debido a que con “el uso de anticuerpos recombinantes se tiene la capacidad de neutralizar a casi cualquier agente patógeno (virus, hongos o bacterias). De igual manera, pueden detener el crecimiento de cualquier célula anormal del cuerpo”.