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4 consejos para reducir las preocupaciones cuando estás teniendo un pésimo día

Sigue estos consejos y serás más feliz

Todos tenemos uno de esos días en los que te sientes fuera de lugar, torpes y con bloqueos mentales que evitan que funciones en la vida.

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Los días malos afectan directamente a nuestro estado de ánimo, lo que a su vez repercute en nuestra manera de relacionarnos con nuestra familia y amigos. Nos convierte en un cúmulo de emociones negativas, con las que es incómodo o cansado lidiar.

De verdad, lo peor de levantarse «con el pie izquierdo» es tener que lidiar con otras personas y encima tener que cumplir con todos nuestros pendientes. Lo único que quieres es quedarte en cama viendo Netflix y comiendo chatarra.

¿Qué hacer en esos días? Fácil, aprender a reducir las preocupaciones para poder funcionar. Estos son algunos consejos que debes tomar en cuenta.

Preocúpate de lo importante

Cuando tienes un mal día, todo lo negativo que pasa se antepone al resto pero lo cierto es que siempre hay algo más importante. Hay muchas cosas que no merecen la pena y que terminan arruinándolos el día. Esto por supuesto provoca un desequilibrio emocional que termina por bloquearnos. Aprende a priorizar y ver por las cosas que debes hacer sí o sí, independientemente de lo malo. También debes entender que vivir preocupada no solucionará nada así que mejor actúa o disfruta lo bueno que te pasa.

Deja de maximizar los problemas 

En muchas ocasiones nuestros problemas nos hacen ver el mundo como el lugar más negativo de todos, no importa si es un día soleado, en tu interior hay una tormenta de angustia y depresión.  Pero la realidad es que tendemos a darle más importancia de la que merece a los eventos negativos cuando la mayoría de las veces es algo banal. Así que mejor aprende a no tomar las cosas tan a pecho ¿Por qué poner por encima de tantas cosas buenas algo que no te salió bien?

Recuérdate que esto es temporal

Suena cliché pero debes grabarte en la casa que «todo pasa», tanto los eventos positivos como los negativos así que ¿por qué preocuparse de lo temporal?. Eventualmente todo se supera y lo que importa es saber que hay un día en que no tendrás que invertir tanta energía en pensar en lo malo que te ocurrió. Mejor piensa en que siempre existe la posibilidad de que todo sea para bien.

Date un gusto

Una dosis de emoción positiva aumentará tu capacidad de recuperación durante los días estresantes. Haz una breve lista mental de las cosas simples que disfrutas y que mejoran tu estado de ánimo. Ya sea que vayas eso que tanto te gusta comer y que no siempre tienes o que vayas por ese vestido que tanto has estado dudando comprar. ¿Qué tal un masaje de pies cuando regreses del trabajo o un baño de agua caliente? En cuanto llegues a casa date la oportunidad de consentirte y deja que el resto del mundo fluya.

 

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