“Lo hacemos para garantizar un acto de justicia, que quienes desean compartir su vida puedan hacerlo de modo en que ellos o ellas decidan, con plena libertad, orgullo y alegría”, dijo la presidenta Bachelet cuando ingresó al Congreso el Proyecto de Ley de Matrimonio Igualitario, en agosto recién pasado. Ahí se plantean leyes que extienden a las parejas del mismo sexo los derechos de filiación, crianza, adopción y fertilización asistida, y además se eliminan la conducta homosexual como causal de divorcio por culpa, y el requisito de diferencia de sexo para validar en Chile un matrimonio celebrado en el extranjero.
Recordemos que nuestro Código Civil –puntualmente en el artículo 102– indica que el matrimonio es “un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse mutuamente”. ¿Cómo quedaría este texto con la nueva propuesta? El matrimonio como un contrato solemne por el cual dos personas naturales se unen, sin realizar especificación de sexo, y destacaría que los padres y/o madres son aquellos respecto de los cuales se ha determinado la relación de filiación.
En este contexto se desarrolla la segunda parte de la campaña “Súmate a la Historia”, impulsada por Fundación Iguales, la cual promueve la discusión y aprobación del matrimonio igualitario en nuestro país a través de historias de vida de familiares de parejas del mismo sexo, quienes a través de sus experiencias demostrarán la necesidad de contar con una ley de matrimonio civil inclusiva, no sólo en beneficio de la comunidad gay, sino también de la sociedad en general. Es una forma de empatizar con la realidad de los diferentes tipos de familia.
Conversamos con Ivonne Toledo (37), madre de Emilia y ex pareja de Rolando, quien es padre de su hija y que hoy está en una relación con David. Ella se volvió a casar y tuvo otros dos hijos. “Me separé hace ocho años, cuando Emilia tenía menos de un año y existían muchos prejuicios en Chile. Más allá de lo que hubiese sentido, existía una presión social; pensar que alguien gay tuviera hijos para muchos lo convertía casi en un pedófilo. Siempre tuve la certeza de que su papá la ama intensamente y jamás le haría daño”. Evidentemente hubo pena como en cualquier separación, pero primó el bien superior de Emilia.
Como cualquier pareja, sea hetero o gay, Ivonne le pidió a Rolando que cuando estuviera seguro de su nueva relación, le presentara a Emilia su nueva pareja. Cuando se produjo el momento, Ivonne lo conoció formalmente; se veían, se topaban en cumpleaños, se juntaban a tomar once. “Él siempre ha sido honesto con ella; nuestra relación se basa en la honestidad. Es un excelente papá, mi hija lo adora. Nunca le dijimos que su papá no era gay, creció todo este tiempo con la situación normalizada: su papá tiene un pololo, una pareja, y es gay. Tampoco le dijimos que era homosexual, sino que siempre lo vio así”, relata Ivonne.
¿Por qué cree que tendría que existir el matrimonio igualitario? “Como familia uno quiere tener estabilidad. Socialmente muchos podemos vivir en pareja, pero es un derecho formar una familia con todo lo que implica, desde lo legal. Tengo derechos, independientes de mi condición sexual. Nosotros nos separamos cuando era otro Chile, y veíamos casos donde se ponía en duda el rol de madre por ser lesbiana. Ese tipo de situaciones no deberían ser tema”.
Rolando está involucrado con la revolución democrática, Ivonne siempre se ha mantenido mucho más al margen, pero cree que es necesario actuar ahora. “Rolando se va casar, tiene derecho a ser feliz y permanecer con alguien que lo quiera, que lo cuide. Esto es un regalo para él y para todas las personas que se encuentran en una situación similar buscando igualdad”, y agrega que “a él le preocupaba que si yo muriera, dada su orientación sexual, se pudiera cuestionar su rol de padre, lo que es incuestionable”.
Uno de los grandes temores para Ivonne es la incertidumbre legal que genera la ausencia de una ley de matrimonio igualitario, la que de existir podría proteger el vínculo de la niña con su padre y la pareja de él. También espera que como sociedad estemos criando hijos con respeto, independiente de la condición sexual, color de piel o religión.
Agrega que Rolando y David son parte de su familia y, como tal, espera que estén siempre presentes en el crecimiento de su hija.
“En esta nueva historia vemos un tema pendiente común: subsanar las condiciones de desprotección en las que se encuentran las familias como las de Ivonne. Por eso es tan urgente avanzar en la tramitación del proyecto presentado en agosto y que todavía no inicia su discusión en el Congreso”, señala Juan Enrique Pi, presidente de Iguales. Si quieres conocer más historias, ingresa a www.sumatealahistoria.cl.