Por María Briones
PUBLICIDAD
Estoy en el segundo mes del reto Enery Fitness y he descubierto muchas cosas que nunca había experimentado hasta ahora. Mi meta es aprender a nadar y he hecho grandes avances, aunque en el camino me ha fascinado el spinning, ya que practico ambas por lo menos 3 veces por semana.
La combinación de spinning y natación me ha dado excelentes resultados para el cuerpo y la mente. Ahora tengo una mejor condición para correr y aguantar por lo menos 20 minutos los fines de semana (esto nunca lo había logrado antes).
DESCUBRE MÁS:
- Así es como la natación te ayuda a eliminar la grasa de las caderas
- Tips de natación de una chica que no sabía nadar (y sigue aprendiendo)
- Esto es lo que pasa en tu cuerpo cuando aprendes a nadar
¿Por qué combinar natación y spinning?
Cuando comencé a ir al gimnasio no tenía una buena condición física y lo confirmé con la evaluación que me hicieron antes de comenzar mis rutinas. Mi meta era aprender a nadar, pero me fascinó el spinning, así que empecé a ira clases antes de nadar. Ahora les puedo decir que gracias al spinning tengo más fuerza en las piernas y el abdomen. También me ha ayudado a aguantar más tiempo en el agua, sin necesidad de parar a mitad de la rutina. Mejoró mi respiración y el ago muy importante porque en natación necesitas dejar que el aire entre por la boca
PUBLICIDAD
La natación es un ejercicio que no compromete tus músculos, articulaciones ni huesos. Puedes practicarlo a cualquier edad, te relaja y en una hora puedes quemar hasta 500 calorías.
El spinning te demanda más fuerza y resistencia, pero si no logras tener la postura correcta puedes llegar a tener una lesión. Si practicas con frecuencia, puedes quemar hasta 600 calorías y tonificas las piernas y el abdomen de manera más rápida.
Aún me falta un camino largo por recorrer, pero me siento satisfecha con lo que he logrado hacer gracias a la natación y al spinning.
Alimentación
Sí, después de dos meses he bajado de peso y reducido mi talla. Mi ropa me queda mejor y ya no se desborda la grasa de mis caderas. Para lograr esto no he hecho ninguna dieta que me mate de hambre, solo me he propuesto tomar más agua, no consumir demasiada azúcar, dejar el pan, las papas fritas (si llego a comer comida chatarra es en menor cantidad que antes) y disminuir las porciones. Mi desayuno incluye siempre un jugo verde (con espinaca, piña, toronja, nopal y manzana verde) o un poco de avena o papaya picada. Esto me ayuda a tener una buena digestión y empezar el día más ligera.