En 1989, el doctor Stephen DeFelice, presidente de la Foundation for Innovation in Medicine (FIM) acuñó por primera vez el término «nutracéuticos», y los definió como un alimento, o parte de un alimento, que proporciona beneficios médicos o para la salud, incluyendo la prevención y/o tratamiento de enfermedades. Es decir, están a medio camino entre los fármacos –que se obtienen en su mayoría por síntesis químicas– y los productos denominados «de herboristería». «Se diferencian de los medicamentos ya que los nutracéuticos suelen, desde la nutrición, cumplir un rol preventivo más que curativo, en cambio los medicamentos apuntan directamente a un síntoma o enfermedad», explica María Elena Rudolphi, product manager de homeopatía de Farmacias Knop.
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Un compuesto nutracéutico es un suplemento dietético que se presenta en un formato no natural, como cápsulas, píldoras, orales, etcétera, pero de sustancias naturales bioactivas altamente concentradas, que aunque se encuentran presentes en los alimentos, están procesadas para eliminar el sobrante y dejar sólo la parte útil y beneficiosa. Al estar concentradas en altas dosis, tienen un efecto más favorable en la salud, mucho mayor del que tiene el alimento naturalmente.
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Es importante destacar que no son lo mismo los nutracéuticos, los alimentos funcionales, los complementos alimenticios o suplementos dietéticos, y los alimentos enriquecidos.
Al hablar de nutracéuticos estamos hablando de una medicina biológica y de una categoría muy amplia de productos que deben cumplir ciertas características, como ser de origen natural, aislados y purificados por métodos no desnaturalizantes, que mejoren una o más funciones fisiológicas o bien que cumplan una acción preventiva y/o curativa, o que simplemente mejoren la calidad de vida.
Algunos ejemplos
El aceite de pescado Omega 3 promueve una mejor salud cardiovascular, concentración y memoria, ayuda durante el embarazo al desarrollo del sistema nervioso central del bebé, y es un potente antiinflamatorio a nivel celular. «La concentración de Omega 3 requerida para una persona sana es de al menos 300 milígramos diarios, pero la cantidad que tendrá que tomar dependerá finalmente de la dolencia particular del paciente, y por lo general es muy superior», explica el doctor Enrique Bertossi, médico familiar del Centro Med Vida. Como la dieta en Chile incluye pocas semillas y pescados grasos
–principales fuentes de Omega 3– se recomienda ingerirlos a través de nutracéuticos.
La spirulina, llamada así por su forma de espiral, es una alga microscópica de agua dulce y uno de los microorganismos más antiguos de la tierra. Gracias a su excelente aporte de proteínas, vitaminas, minerales, y a su fácil absorción, es considerada un superalimento. Alta en vitamina A, B6, B12, K, cromo, Iodo y selenio, buena fuente de vitamina B2 y hierro y libre de colesterol, evidentemente es imposible consumirla en su estado natural en las dosis recomendadas, por lo que también es beneficioso consumir 3 cápsulas o tabletas diarias.
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El maqui, poderoso fruto de color morado intenso que crece en bosques, entre lagos y volcanes del sur de Chile, posee un alto poder antioxidante, y es la fuente más potente de antocianinas y polifenoles, ambos agentes antienvejecimiento. Puede consumirse en cápsulas de polvo concentrado, o bien el mismo polvo –hay marcas nacionales e importadas en el mercado– mezclado en jugos, lácteos o lo que se desee.
La clásica alga cochayuyo ayuda a combatir la obesidad por su alto aporte de fibra, tiene propiedades depurativas y es una buena fuente de nutrientes esenciales, como vitaminas (A, B1, B12, C, D, E), ácido fólico y calcio. Además es de alta concentración de proteínas y minerales como potasio, cloro, sulfuro y fósforo, y micro minerales como el yodo.
El aloe vera presenta una gran cantidad de ácidos esenciales, proteínas, enzimas, hidratos de carbono y otros nutrientes. Es de acción tónica digestiva, lubricante y laxante suave en el tracto digestivo. Sus principios activos amargos han demostrado que posee propiedades hipoglucemiantes, ayudando a disminuir el nivel de azúcar en la sangre. También de acción antiinflamatoria, analgésica y digestiva con efecto antiácido.
¿Quiénes deben consumirlos? «Para estar saludable hay que prevenir, y eso se hace a través de una buena alimentación o suplementos que ayuden a mantener la vitalidad y energía. También deben consumirlos quienes practican deportes, y personas comunes que incrementan la actividad al aire libre o que escogen un estilo de vida saludable», finaliza Rudolphi.
Por: Alexandra Gallegos A.
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