La joven de 24 años pesaba 169 kilos (372 libras), así que realizar tareas simples como sacar la basura o caminar se le dificultaba, por lo que tomó la decisión de perder peso.
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Pare lograrlo, dejó de ingerir alimentos procesados y limitó el tamaño de sus porciones, además de hacer ejercicios cardiovasculares y pesas. Con el paso del tiempo, comenzó a ver resultados y ahora luce irreconocible.
Simone compartió su impactante transformación a través de redes sociales, aunque al principio se encontró con muchos detractores que la tacharon de mentirosa, pues no mostraba la piel flácida, que es común en personas que pierden los excesivos kilos que tienen de más.
Sin embargo, la neozelandesa mostró las imágenes del exceso de piel que le quedó. Para su fortuna, un cirujano estadounidense se interesó en su historia y se ofreció a realizarle una intervención para mejorar su aspecto.
Los resultados fueron espectaculares.
