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Matrimonios de muchos años llevan una vida sexual más intensa

De acuerdo con la ciencia, si quieres más acción, debes permanecer con la misma pareja durante mucho mucho tiempo.

¿Crees que te estés muriendo de ganas de hacer el amor con tu pareja cuando lleguen tus bodas de oro? De acuerdo con la ciencia, es probable que así sea. Un estudio asegura que, aunque la frecuencia sexual de las parejas decae con el tiempo, luego vuelve a encenderse, con más potencia que nunca.

La investigación, publicada en Archives of Sexual Behavior, comprueba que la historia sexual de las parejas no es lineal: la frecuencia del sexo, en promedio, disminuye cuando han transcurrido algunos años, pero después de un tiempo (mucho tiempo), vuelve con más intensidad.

Los expertos observaron la vida sexual de 1,656 adultos de entre 57 y 85 años. Algunos de ellos habían estado casados durante más de 50 años.

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Se concluyó que el matrimonio comienza con una fuerte actividad sexual que disminuye más tarde. Pero, en los matrimonios que han durado más de 25 años, se registra un segundo aire, una intensa frecuencia sexual.

De acuerdo con el doctor Samuel Stroope (Louisiana State University), este fenómeno se debe a que las parejas, a través del tiempo, han logrado construir una relación de confianza, apta para una mejor sexualidad compartida.

La investigación también obtuvo conclusiones sobre los segundos matrimonios: quienes permanecen casados con su primera pareja registran una mejor vida sexual que quienes volvieron a casarse.

El sexo y los hijos

Se supone que los matrimonios, las parejas estables, llevan una vida sexual más “regular”: tienen mucho tiempo para estar juntos y practicar el coito, ¿por qué no aprovecharlo?

Pero luego vienen los hijos y esa edificante frecuencia sexual disminuye. Adiós al sexo mañanero, adiós a las citas románticas y las borracheras entre semana, que por lo general terminaban en sexo.

De ahí (y de otras causas) que algunas parejas prefiramos saltarnos el paso de convertirnos en padres: vemos qué tan mal lo pasan quienes sí lo hicieron.

El matrimonio es cosa de paciencia, de habilidad para llegar a acuerdos… O sea, nada fácil. Según la ciencia, si lo logras, si te quedas con la misma persona durante muchos muchos años, la recompensa valdrá la pena, por lo menos en términos de sexo. (Si ya se quedaron juntos más de 25 años, seguro hay otras recompensas valiosas.)

Suena lógico: los hijos ya crecieron, la pareja recupera su privacidad, la jubilación se traduce en tiempo libre y la ociosidad es la madre de las mejores prácticas sexuales.

¿Y qué hay de las parejas sin hijos? Supongo que, por lo menos algunos de nosotros, seguiremos practicando el coito en total libertad, todo el tiempo que permanezcamos juntos.

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