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Esposos cuentan cómo ha sido una vida sin sexo

Para Ian y Paula McFadyen el sexo ya no es un tema importante, reconocen que se aman y que lo importante es su verdadera unión.

No, no es una historia falsa, sino que totalmente cierta. Para Ian y Paula McFadyen el matrimonio es igual que para cualquier pareja, comparten momentos juntos, van de compras, pagan sus cuentas y tienen momentos de relajación, pero con una pequeña gran diferencia: ellos no tienen sexo.

Nada de sexo, contado con los dedos de las manos es como señala Paula a  The Daily Mail, ellos si bien han estado casado hace más de diez años no tienen relaciones sexuales no porque ella no quiera, sino porque Ian sufrió una traumática experiencia de joven, lo que lo lleva a evadir cualquier tipo de contacto físico con las personas, incluso con su esposa.

Comparten el cuarto, pero no hay contacto físico. Duermen en la misma cama, pero ni siquiera pueden tocarse las manos. A la hora de dormir, Ian se arropa con todas las frazadas, de manera que estas sirven de protección. Así es como Paula sólo le queda dormir a su lado. Incluso si ella lo toca dormido, él reacciona como si alguien estuviera golpeándolo.

No ha sido una relación sencilla, ya que tal como Paula señala:

Por los primeros seis años de matrimonio, él ni siquiera dormía junto a mi en la cama, porque tenía terribles asociaciones. Su cama en cambio era el sofá. Tampoco me decía que me amaba, porque no pronunciaba la palabra “amor”. Usaba otras palabras- adorables palabras- pero nunca amor.

Incluso Paula ha corrido al tocador en contadas veces para llorar lágrimas de frustración por lo que le ocurre a su marido. Toma antidepresivos para poder llevar la situación, pero sin embargo ella no duda en señalar que él es un hombre encantador, generoso, determinado, y que ambos tienen muchos momentos de diversión, su complemento como ella le dice.

Las pocas veces que han llegado a tener contacto sexual son tremedamente escasas y se han debido a situaciones puntuales, tal como que Ian estuviera borracho. Sin embargo a la hora de salir juntos él si se muestra más cariñoso con ella. Le toma la mano en el supermercado o la besa en los labios, siendo los espacios públicos aquellos que le brindan seguridad. Pero cuando llegan a casa, tal como señala Paula, la relación se torna nuevamente fría.

Pero más allá de no tener contacto sexual, ambos señalan llevar una buena vida juntos. Si bien para las dos partes es un proceso complicado han logrado sacar adelante su matrimonio el que han construido en base al respeto de su propia intimidad. Puede que para ti y para mi suene extraño un matrimonio que no tenga intimidad, pero quiénes somos para cuestionarlos si es que han decidido quererse de esta forma. Ellos ya llevan más de una década juntos y esperan seguir así todo lo que quede de sus vidas.

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