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Doulas: contención necesaria para un nacimiento perfecto

Son una gran compañía para las embarazadas que quieren vivir el proceso con tranquilidad y conocimiento, además de sentirse protegidas. Comprobado: disminuye las cesáreas, la depresión postparto y aumenta el apego. ¿Lo bueno? Ya están en el sistema público de salud.

Por Carolina Palma Fuentealba

Casi la mitad de los niños chilenos nace a través de cesárea, lo que nos convierte en el tercer país con más cesáreas, según un estudio realizado en 34 países e informado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). De acuerdo con las últimas cifras del Ministerio de Salud, las cesáreas representaron el 40,4% de los partos en los hospitales públicos en 2013, y este porcentaje aumenta en el sector privado.

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La actriz Paz Bascuñan participó en la campaña «INNEcesarias», con la cual se busca crear conciencia sobre la importancia de un parto informado, para que la última instancia sea la cesárea. «El parto se entiende como un evento médico, donde la mujer no es protagonista, donde uno es una especie de testigo sin ningún derecho en el nacimiento de su hijo. La mujer chilena vive su parto con mucha timidez, con poco empoderamiento», nos contó en una entrevista, donde además recomendó contar con una doula –se pronuncia dula– en el parto; ella la tuvo, y se sintió protegida al momento de dar a luz de forma natural a su segundo hijo.

¿QUÉ SON LAS DOULAS?

Caridad Merino (mcmerino@uc.cl, www.mujeralumbra.cl), quien es socióloga y doula, nos explica que para comprender su labor es importante entender que el parto es un proceso fisiológico involuntario y que, por lo tanto, no requiere de «ayudas». Nuestro cuerpo está hecho para parir, igual como está hecho para hacer el amor. «Dar a luz, al igual que esos procesos, no requiere de ‘ayudas’, sino sólo de condiciones para que suceda en forma segura. Tenemos la capacidad innata de parir; la doula sólo protege a la madre, generando las condiciones para que ella pueda navegar, sin preocupaciones, por las aguas del trabajo de parto», explica.

Entonces, no realiza labores médicas, no nos enseña qué hacer, no educa, ya que una doula tiene la certeza que uno sabe lo que tiene que hacer y sólo protege para que uno pueda hacerlo. «Si mientras hacemos el amor con nuestras parejas abren la puerta, nos prenden la luz y nos preguntan cómo nos sentimos, la mayoría de nosotras no podemos seguir haciéndolo, menos tener un orgasmo. Bueno, la labor de la doula, entonces, es que nadie abra esa puerta», ejemplifica.

Se define como un oficio y, como tal, se aprende con la práctica y con la compañía de otras doulas más experimentadas, con la conversación y el estudio personal. «Es muy importante quién es la doula: en qué es lo que cree, cuáles sus certezas, sus miedos y el trabajo que hace con ellos. Existen cursos que entregan información, y recomiendo especialmente el ‘Paranamadoula’, de Liliana Lammers, doula experimentada que reside en Londres», afirma.

VERDADES DEL PARTO

Caridad nos presenta tres realidades que debemos conocer:

1. Para parir, amamantar y criar, sólo se necesita compañía. No existe libro, ni pediatra, ni manual que sepa algo mejor que nosotras. Cada niño y cada madre son únicos e irrepetibles, por lo tanto, cada parto es diferente, cada crianza es única.

2. Los sistemas de salud que atienden no están preparados para la verdad anterior. El sistema de salud, en general, no cree en la capacidad de parir, amamantar y criar de las madres; la mayoría de las veces «el doctor saca a la guagua», «la matrona ayudó a que saliera», «le tienen que dar suerito o relleno porque no tiene suficiente leche». Lamentablemente, la práctica en los servicios de salud no permite que una descubra su poder para ser madre, sino lo contrario, nos hace dependientes.

3. Para convertirnos en madres debemos dejar de ser niñas y comprender que no existe ningún obstetra, ninguna matrona, ningún pediatra que tenga toda la verdad. Así debemos informarnos, conocer qué dice la última evidencia científica sobre los nacimientos, sobre crianza, sueño infantil, lactancia. Informarnos para que seamos nosotras quienes decidamos cómo nacen nuestros hijos y cómo los queremos cuidar.

 

 

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